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Tradicionalmente, la vida matrimonial se basaba en los principios de la ideología confuciana. Esta ideología formaba una cultura matrimonial que luchaba por la “idea de la familia china, que consistía en tener muchas generaciones bajo el mismo techo”[4] El confucianismo otorga orden y jerarquía, así como las necesidades colectivas por encima de las individuales[5] Era el mantenimiento de la piedad filial lo que dictaba un código de comportamiento tradicional entre hombres y mujeres en el matrimonio y en la preparación de la vida matrimonial. La segregación de las mujeres y la educación de los varones eran prácticas culturales que separaban los dos sexos, ya que hombres y mujeres ocuparían esferas diferentes después del matrimonio.
“El matrimonio estaba bajo el control casi absoluto de los ancianos de la familia y se consideraba una parte importante de la estrategia de éxito de una familia”[6] El sistema de sucesión patrilineal y el culto ancestral no dejaban lugar a las hijas dentro de sus árboles familiares natales. Tradicionalmente, las novias pasaban a formar parte de la familia de su marido y cortaban esencialmente los lazos con sus familias natales, con especial énfasis en la capacidad de la esposa para producir un heredero varón[4] Como los matrimonios concertados eran habituales, el marido y la mujer no solían conocerse hasta el día de la boda. La vida matrimonial consistía en un complejo y rígido acuerdo familiar en el que el papel del varón era el de proveer a la familia y el de la mujer el de ocuparse de las tareas domésticas dentro del hogar, tal y como dictaban las ideas transmitidas en las Analectas para mujeres de Song Ruozhao[7]. Aunque el confucianismo ya no se considera un sistema de creencias explícito en China, ha creado un legado duradero de supuestos e ideas tradicionales sobre el matrimonio. Por ello, sigue siendo una barrera importante para lograr la igualdad de género y la autonomía sexual de las mujeres en el matrimonio[5].
Concubina china
Tradicionalmente, se espera que las personas se casen al llegar a la edad adulta, quizá un par de años después de entrar en el mundo laboral. Este punto de vista sigue existiendo tanto en las perspectivas culturales como en las políticas oficiales al respecto. Las políticas oficiales chinas de 1980 y 2003 clasifican el “matrimonio tardío” en 23 años para las mujeres y 25 para los hombres. Durante un tiempo, el gobierno fomentó el matrimonio tardío para retrasar los nacimientos y frenar el crecimiento de la población. Hoy esa postura es menos necesaria, pero culturalmente es difícil de revertir. Para las mujeres chinas de las zonas urbanas, la edad media de los primeros matrimonios era de 20 años en 1950, 25 en 1980 y 27 en la actualidad.
Además, el crecimiento económico y el aumento de los precios de los inmuebles han elevado el listón para los hombres. Aproximadamente la mitad de las mujeres chinas creen que poseer un apartamento o una casa es una condición previa para casarse. Tradicionalmente, esta casa sería pagada por los padres del hombre, pero en la situación actual, los recursos de la familia pueden ser sólo suficientes para un pago inicial. Por eso, en muchos casos, el hombre retrasará el matrimonio hasta que tenga un mejor trabajo y pueda permitirse una casa y un coche.
Matrimonio en Japón
Tradicionalmente, la vida matrimonial se basaba en los principios de la ideología confuciana. Esta ideología formaba una cultura matrimonial que aspiraba a la “idea de la familia china, que consistía en tener muchas generaciones bajo un mismo techo”[4] El confucianismo otorga orden y jerarquía, así como las necesidades colectivas por encima de las individuales[5] Era el mantenimiento de la piedad filial lo que dictaba un código de comportamiento tradicional entre hombres y mujeres en el matrimonio y en la preparación de la vida matrimonial. La segregación de las mujeres y la educación de los varones eran prácticas culturales que separaban los dos sexos, ya que hombres y mujeres ocuparían esferas diferentes después del matrimonio.
“El matrimonio estaba bajo el control casi absoluto de los ancianos de la familia y se consideraba una parte importante de la estrategia de éxito de una familia”[6] El sistema de sucesión patrilineal y el culto ancestral no dejaban lugar a las hijas dentro de sus árboles familiares natales. Tradicionalmente, las novias pasaban a formar parte de la familia de su marido y cortaban esencialmente los lazos con sus familias natales, con especial énfasis en la capacidad de la esposa para producir un heredero varón[4] Como los matrimonios concertados eran habituales, el marido y la mujer no solían conocerse hasta el día de la boda. La vida matrimonial consistía en un complejo y rígido acuerdo familiar en el que el papel del varón era el de proveer a la familia y el de la mujer el de ocuparse de las tareas domésticas dentro del hogar, tal y como dictaban las ideas transmitidas en las Analectas para mujeres de Song Ruozhao[7]. Aunque el confucianismo ya no se considera un sistema de creencias explícito en China, ha creado un legado duradero de supuestos e ideas tradicionales sobre el matrimonio. Por ello, sigue siendo una barrera importante para lograr la igualdad de género y la autonomía sexual de las mujeres en el matrimonio[5].
Vestido de novia chino
Las tradiciones y supersticiones de las bodas están arraigadas en nuestras culturas. Si eres china o te vas a casar con un chino y estás planeando una boda chino-americana, es posible que necesites conocer las supersticiones de la boda que son algo más que “algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul”.
Las tradiciones y supersticiones chinas para las bodas tienen más de 2.400 años de historia, y algunas de ellas han evolucionado con el tiempo para adaptarse al mundo moderno. Como todos esperamos un matrimonio feliz, quizá queramos seguir algunas de estas tradiciones para tener buena suerte.
En el calendario lunar, marzo, julio y septiembre se consideran meses de mala suerte para casarse, porque se celebran el Festival Qingming, el Festival del Fantasma y el Festival de la Doble Novena, respectivamente. Estos festivales están relacionados con la muerte, por lo que marzo, julio y septiembre no se consideran adecuados para celebrar bodas. Después de evitar los meses malos, ¿cómo deben elegir las parejas los meses afortunados para casarse?
En la cultura china, la gente cree que los meses bisiestos son los mejores para las bodas. En chino, los meses bisiestos se llaman “Runyue”, que significa cosecha y abundancia. La gente cree que los meses bisiestos son excelentes para las parejas que quieren tener matrimonios exitosos y vidas felices.