La vida cotidiana en Japón
Los samuráis (o bushi) eran los guerreros del Japón premoderno. Más tarde constituyeron la clase militar gobernante que acabó convirtiéndose en la casta social de mayor rango del periodo Edo (1603-1867). Los samuráis empleaban diversas armas, como arcos y flechas, lanzas y pistolas, pero su principal arma y símbolo era la espada.
Los samuráis debían llevar su vida según el código ético del bushido (“el camino del guerrero”). De naturaleza fuertemente confuciana, el bushido hacía hincapié en conceptos como la lealtad al maestro, la autodisciplina y el comportamiento respetuoso y ético. Muchos samuráis también se sintieron atraídos por las enseñanzas y prácticas del budismo zen.
Los orígenes de los samuráis se remontan a las campañas del periodo Heian para someter a los nativos emishi de la región de Tohoku. Alrededor de la misma época, los guerreros fueron contratados cada vez más por los ricos terratenientes que se habían independizado del gobierno central y construyeron ejércitos para su propia protección.
Los dos clanes más poderosos de estos terratenientes, los Minamoto y los Taira, acabaron desafiando al gobierno central y luchando entre sí por la supremacía de todo el país. Minamoto Yoritomo salió victorioso y estableció un nuevo gobierno militar en 1192, dirigido por el shogun o comandante militar supremo. Los samuráis gobernarían Japón durante la mayor parte de los siguientes 700 años.
Extranjero en Japón
Para muchos extranjeros, su imagen de Japón se desprende de la historia, de las noticias o de la gran cantidad de productos de alta tecnología que exporta el país, pero ¿cómo es realmente la vida cotidiana de la familia japonesa media? La primera mitad de este programa ofrece una respuesta, documentando un día en la vida de la familia Ito de Tokio. Las actividades de los distintos miembros de la familia son representativas de muchos de sus compañeros en todo el país.
La segunda mitad del programa es una amplia introducción a Japón, que incluye las características geográficas, el clima, la política, la economía, la cultura y las contribuciones internacionales. Este tipo de información ayuda a rellenar las piezas que faltan para formar una imagen completa del Japón actual.
Razones por las que deberías vivir en Japón
“Ningen kankaei” es un término japonés que describe los conceptos de endeudamiento y obligación que son fundamentales para entender las relaciones sociales en Japón. Se manifiesta en el cuidadoso recuento que los individuos llevan de los favores que han hecho a la gente y de los favores que les han hecho a ellos y en el interminable esfuerzo por “devolver” a la gente un favor equivalente o un regalo que demuestre su agradecimiento. Ruth Benedict dijo que un objetivo primordial de todo japonés es no deber nada a nadie.
Los estudios de los antropólogos sugieren que el sentido del yo de los japoneses es más “relacional” que individualista. El psicólogo Takeo Doi ha argumentado que las relaciones interpersonales japonesas giran en torno al concepto de “amae” (“dependencia”, “depender o presumir de la benevolencia de otro” o “indulgencia mutua ante las debilidades del otro”), construido en torno a la confianza y la dependencia mutua. Estas relaciones suelen desarrollarse con la ayuda del alcohol después del trabajo porque la vida cotidiana en Japón está restringida por las normas sociales y las exigencias de ejercer el autocontrol y comportarse de forma responsable y adecuada.
Estilo de vida japonés
Los valores japoneses están profundamente arraigados en todos los aspectos de la vida, y siempre influirán en la familia, el trabajo y las interacciones sociales. Los lazos familiares son fuertes en Japón y unen no sólo a la familia extensa viva, sino también a generaciones de antepasados. Puede notar que los japoneses no son físicamente demostrativos en público y no verá besos ni abrazos en la calle. Sí se ven amigos, padres e hijos cogidos de la mano. Una de las formas en que las familias expresan su calidez y afecto es acurrucarse alrededor del kotatsu (mesa con calefacción cubierta con un edredón) en invierno, comiendo mikan (mandarinas) y viendo la televisión. Otra forma es restregarse mutuamente la espalda en el baño familiar. Padres e hijos duermen juntos en el futón familiar, a menudo hasta que los niños tienen 10 años o más.
Verás que la mayoría de la gente es muy honesta. Si te olvidas algo en el metro, lo más probable es que lo encuentres en la oficina de objetos perdidos. Una vez me dejé una bandeja de plata, que era un regalo para alguien, en el tren. Llamé a la estación de tren y la recuperé el mismo día. En otra ocasión me olvidé la cámara de fotos y la recuperé de nuevo. Me siento segura viajando en el metro a medianoche. Si te pierdes en la ciudad, no hay que asustarse; la gente es realmente servicial. No te sorprendas si incluso te llevan a tu destino final. Y siempre hay un kouban, o cabina de policía, cerca con mapas detallados para ayudarte a encontrar el camino.