Método histórico
La historia es también una disciplina académica que utiliza la narrativa para describir, examinar, cuestionar y analizar los acontecimientos del pasado e investigar sus patrones de causa y efecto[6][7] Los historiadores suelen debatir qué narrativa explica mejor un acontecimiento, así como la importancia de las diferentes causas y efectos. Los historiadores también debaten la naturaleza de la historia como fin en sí misma, así como su utilidad para dar perspectiva a los problemas del presente[6][8][9][10].
Las historias comunes a una determinada cultura, pero que no se apoyan en fuentes externas (como los relatos en torno al rey Arturo), suelen clasificarse como patrimonio cultural o leyendas[11][12] La historia se diferencia del mito en que se apoya en pruebas verificables. Sin embargo, las antiguas influencias culturales han contribuido a generar diversas interpretaciones de la naturaleza de la historia que han evolucionado a lo largo de los siglos y siguen cambiando en la actualidad. El estudio moderno de la historia es muy amplio, e incluye el estudio de regiones específicas y el estudio de ciertos elementos temáticos o de investigación histórica. La historia suele enseñarse en la educación primaria y secundaria, y el estudio académico de la historia es una disciplina importante en los estudios universitarios.
Fuentes históricas
Estudiar la historia es estudiar el cambio: los historiadores son expertos en examinar e interpretar las identidades humanas y las transformaciones de las sociedades y civilizaciones a lo largo del tiempo. Utilizan una serie de métodos y herramientas analíticas para responder a preguntas sobre el pasado y reconstruir la diversidad de la experiencia humana pasada: cuán profundamente han diferido las personas en sus ideas, instituciones y prácticas culturales; cuán ampliamente han variado sus experiencias según el tiempo y el lugar, y las formas en que han luchado mientras habitaban un mundo compartido. Los historiadores utilizan un amplio abanico de fuentes para entretejer las vidas individuales y las acciones colectivas en relatos que aportan perspectivas críticas tanto a nuestro pasado como a nuestro presente. El estudio de la historia nos ayuda a comprender y afrontar cuestiones y dilemas complejos al examinar cómo el pasado ha configurado (y sigue configurando) las relaciones globales, nacionales y locales entre las sociedades y las personas.
Dado que la historia nos da las herramientas para analizar y explicar los problemas del pasado, nos permite ver patrones que de otro modo podrían ser invisibles en el presente, lo que proporciona una perspectiva crucial para entender (y resolver) los problemas actuales y futuros. Por ejemplo, un curso sobre la historia de la salud pública podría destacar cómo la contaminación ambiental afecta de forma desproporcionada a las comunidades menos pudientes, un factor importante en la crisis del agua de Flint. La comprensión de los patrones de inmigración puede proporcionar antecedentes cruciales para abordar las tensiones raciales o culturales actuales. En muchos sentidos, la historia interpreta los acontecimientos y las causas que han contribuido a nuestro mundo actual.
Por qué es importante la historia
La historia registrada o historia escrita es una narración histórica que se basa en un registro escrito u otra comunicación documentada. Se contrapone a otras narraciones del pasado, como las tradiciones mitológicas, orales o arqueológicas.
Para la historia del mundo en general, la historia registrada comienza con los relatos del mundo antiguo en torno al cuarto milenio antes de Cristo, y coincide con la invención de la escritura. Para algunas regiones geográficas o culturas, la historia escrita se limita a un periodo relativamente reciente de la historia de la humanidad debido al uso limitado de los registros escritos. Además, las culturas humanas no siempre registran toda la información que los historiadores posteriores consideran relevante, como el impacto total de los desastres naturales o los nombres de los individuos. Por lo tanto, la historia registrada para determinados tipos de información es limitada en función de los tipos de registros que se conservan. Por ello, la historia registrada en diferentes contextos puede referirse a distintos periodos de tiempo en función del tema.
La interpretación de la historia documentada se basa a menudo en el método histórico, es decir, en el conjunto de técnicas y directrices por las que los historiadores utilizan las fuentes primarias y otras pruebas para investigar y luego escribir relatos del pasado. La cuestión de la naturaleza, e incluso la posibilidad de un método eficaz para interpretar la historia registrada, se plantea en la filosofía de la historia como una cuestión de epistemología. El estudio de los diferentes métodos históricos se conoce como historiografía, que se centra en examinar cómo los diferentes intérpretes de la historia registrada crean diferentes interpretaciones de las pruebas históricas.
Historiografía
Todas las personas y pueblos son historias vivas. Por poner algunos ejemplos evidentes: las comunidades hablan lenguas heredadas del pasado. Viven en sociedades con culturas, tradiciones y religiones complejas que no han sido creadas de forma improvisada. Las personas utilizan tecnologías que no han inventado ellas mismas. Y cada individuo nace con una variante personal de una plantilla genética heredada, conocida como genoma, que ha evolucionado durante toda la vida de la especie humana.
Los historiadores, gimiendo interiormente, responden con varias tácticas. Una reacción obvia es cuestionar los términos de la pregunta, con el fin de hacer que los interrogadores piensen de nuevo en las implicaciones de su terminología. Exigir una auditoría al estilo contable sobre la utilidad instantánea de cada asignatura es un modelo de educación muy burdo. Implica que la gente sólo aprende cosas muy específicas, para fines muy específicos. Por ejemplo, un aspirante a viajar a Francia, con la intención de trabajar en ese país, puede identificar fácilmente la utilidad de aprender la lengua francesa. Sin embargo, como nadie puede viajar en el tiempo para vivir en una época anterior, podría parecer -siguiendo la lógica de la “aplicación inmediata”- que estudiar cualquier cosa que no sea el presente sería “inútil”.