Negros colombianos
En Colombia, como en otros lugares, la lucha por los derechos sobre la tierra enfrenta con demasiada frecuencia los intereses culturales y económicos de los pueblos indígenas y marginados con los gobiernos que se supone que deben proteger sus derechos ante la ley. Las mujeres rurales afrocolombianas que tratan de reivindicar sus derechos a la tierra se encuentran a merced de múltiples vectores de discriminación: son negras, son mujeres y son campesinas[3] Sus derechos a la tierra están amenazados: por las ocupaciones de tierras desde abajo y por los planes de desarrollo del Estado desde arriba. Una mezcla nefasta de discriminación racial y de género agrava su lucha.
El término “acaparamiento de tierras”[20] entró en la jerga popular gracias a los esfuerzos de promoción de La Vía Campesina[21], una organización campesina internacional. La Vía Campesina logró convencer al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para que encargara una investigación sobre las necesidades de los campesinos como parte de la Resolución sobre el Derecho a la Alimentación de 2010[22]. El estudio del Comité Asesor resultante hizo hincapié en la importancia de los derechos a la tierra rural para la realización más amplia de los derechos humanos[23]. “El Comité Consultivo concluyó que la discriminación de género contra las mujeres agricultoras agravaba aún más esta situación[25], dejando a las mujeres de las zonas rurales entre las más inseguras del mundo[26]. Estas conclusiones culminaron en la recientemente adoptada Declaración sobre los Derechos de los Campesinos[27], que pretendía hacer “legibles” estas poderosas fuerzas discriminatorias que están detrás del acaparamiento de tierras[28].
Afrobrasileño
Los africanos fueron llevados a Colombia como esclavos a principios del siglo XVI desde lugares como[5] los actuales Congo, Angola, Gambia, Nigeria, Camerún, Liberia, Ghana, Costa de Marfil, Guinea, Sierra Leona, Senegal y Malí[6] para sustituir a la población nativa americana, que disminuía rápidamente.
Los africanos desempeñaron un papel fundamental en la lucha por la independencia de España. Los historiadores señalan que tres de cada cinco soldados del ejército de Simón Bolívar eran africanos[8]. Los afrocolombianos pudieron participar en todos los niveles de la vida militar y política.
En 1851, tras la abolición de la esclavitud, la vida de los afrocolombianos era muy difícil. Los afrocolombianos se vieron obligados a vivir en las selvas para protegerse. Allí aprendieron a tener una relación armoniosa con el entorno selvático y a compartir el territorio con los indígenas colombianos.
A partir de 1851, el Estado colombiano promovió la ideología del mestizaje. Para mantener sus tradiciones culturales, muchos africanos e indígenas se internaron en las selvas aisladas. Los afrocolombianos y los indígenas fueron a menudo blanco de los grupos armados que querían desplazarlos para quedarse con sus tierras para las plantaciones de caña de azúcar, café y plátano, la minería y la explotación de la madera. Esta forma de discriminación sigue produciéndose hoy en día[9].
Afrocubano
En lo que va de año, 14 jóvenes afrocolombianos han sido asesinados en la capital colombiana (por no hablar de la mortal violencia antinegra en otras grandes ciudades como Cali o Medellín). También han aumentado las amenazas.
Un mensaje titulado “Tu fin está cerca” advertía de que Luz Erika y los activistas del Movimiento Cimarrón, otra organización afrocolombiana, iban a ser asesinados. En lo que va de 2015, tres miembros de AFRODES han sido asesinados.
“Nunca habíamos visto algo así, una ola de asesinatos en tan poco tiempo, muchachos de 13 a 20 años”, dijo Juan de Dios Mosquera, del Movimiento Cimarrón, los incitadores al odio “dicen que quieren matar a todos los negros. Nadie quiere salir de su casa, la gente se siente atrapada. [Se estigmatiza a los jóvenes, se dice que hay que atacarlos, que todos son delincuentes”.
El aumento de la violencia contra los colombianos negros es el resultado de la desigualdad y los prejuicios raciales que existen desde hace mucho tiempo, así como del efecto de la guerra civil del país, que dura décadas y ha desplazado a unos dos millones de afrocolombianos.
Afro caribeño
En Colombia, como en otros lugares, la lucha por los derechos sobre la tierra enfrenta con demasiada frecuencia los intereses culturales y económicos de los pueblos indígenas y marginados con los gobiernos que se supone que deben proteger sus derechos ante la ley. Las mujeres rurales afrocolombianas que tratan de reivindicar sus derechos a la tierra se encuentran a merced de múltiples vectores de discriminación: son negras, son mujeres y son campesinas[3] Sus derechos a la tierra están amenazados: por las ocupaciones de tierras desde abajo y por los planes de desarrollo del Estado desde arriba. Una mezcla nefasta de discriminación racial y de género agrava su lucha.
El término “acaparamiento de tierras”[20] entró en la jerga popular gracias a los esfuerzos de promoción de La Vía Campesina[21], una organización campesina internacional. La Vía Campesina logró convencer al Consejo de Derechos Humanos de la ONU para que encargara una investigación sobre las necesidades de los campesinos como parte de la Resolución sobre el Derecho a la Alimentación de 2010[22]. El estudio del Comité Asesor resultante hizo hincapié en la importancia de los derechos a la tierra rural para la realización más amplia de los derechos humanos[23]. “El Comité Consultivo concluyó que la discriminación de género contra las mujeres agricultoras agravaba aún más esta situación[25], dejando a las mujeres de las zonas rurales entre las más inseguras del mundo[26]. Estas conclusiones culminaron en la recientemente adoptada Declaración sobre los Derechos de los Campesinos[27], que pretendía hacer “legibles” estas poderosas fuerzas discriminatorias que están detrás del acaparamiento de tierras[28].