¿Cuáles fueron los aportes de los chibchas a la humanidad?

Tribu Chibcha

Una reconstrucción visual basada en la investigación de Lorena Rodríguez Gallo muestra el aspecto de la sabana de Bogotá hace unos 600 años, cuando los muiscas modificaron el entorno de los humedales. La sabana se ilustra desde el punto de observación del Cerro de Suba, que domina la zona en la que el río Bogotá atraviesa el paisaje, de noroeste a sureste. Crédito: Ilustración de Santiago Flórez

Los humedales de Bogotá -humedales- son uno de los ecosistemas más importantes y con mayor biodiversidad de la extensa capital colombiana. Son la espina dorsal de muchos esfuerzos de conservación, ya que contribuyen a mejorar la calidad del agua y del aire, mitigan las inundaciones y sirven de hábitat a especies endémicas y migratorias.

Los humedales son producto no sólo de las condiciones ecológicas de la zona, sino también de la construcción y posterior desactivación de un complejo sistema hidráulico establecido por los grupos indígenas que poblaron el territorio en la época precolombina, según explica en un trabajo publicado en SPAL-Revista de Prehistoria y Arqueología Lorena Rodríguez Gallo, profesora de historia e investigadora de la Universidad Nacional de Colombia. El trabajo de Rodríguez describe cómo el ser humano ha transformado este paisaje a lo largo de miles de años.

Mitología chibcha

7.4IPO-Instituto Portugués de Oncología, Oporto (Socio 9)Las muestras fueron 495 pacientes con CCR y 5 con adenoma colorrectal (235 varones, edad media en el momento del diagnóstico 51; SD±11,81). Aproximadamente cuatro quintas partes de los pacientes fueron reclutados según los criterios de Bethesda o Ámsterdam para el síndrome de Lynch y tenían una prueba genética negativa. Los pacientes restantes fueron reclutados con los criterios de inclusión del proyecto CHIBCHA: diagnóstico de CCR a <75 años de edad, o de un CCR “avanzado” (histología vellosa, o diámetro de >1cm o displasia severa a <60 años de edad). Los 500 controles (269 varones, edad media de 47 años; DE±8,7) fueron reclutados para el proyecto CHIBCHA a partir de donantes de sangre del Instituto Portugués de Oncología de Oporto. Resumen de las actividades de recogida de muestrasEn general, los socios reclutadores del estudio alcanzaron las expectativas de recogida de muestras, aunque con algunos retrasos causados por varios factores, entre los que destaca el fracaso de las recogidas previstas en dos lugares, Argentina y Ecuador, que no se produjeron por razones nunca aclaradas por esos ex socios. Los intentos de sustituir un mayor número de muestras procedentes de otras fuentes fueron en gran medida un éxito, pero en un plazo más largo de lo previsto inicialmente. La calidad del ADN derivado de las muestras de sangre ha sido muy buena, lo que ha permitido secuenciar con éxito los genes y SNP conocidos en el paquete de trabajo 3 y el genotipado de las matrices de SNP en el paquete de trabajo 4 (véase más adelante).

  ¿Qué es una costumbre y una tradición?

Palabras chibchas

Los muiscas (también llamados chibchas) son un pueblo y una cultura indígena del Altiplano Cundiboyacense, Colombia, que formaban la Confederación Muisca antes de la conquista española. Este pueblo hablaba el muysccubun, una lengua de la familia lingüística chibcha, también llamada muysca y mosca[2]. Fueron encontrados por los conquistadores ordenados por el Imperio español en 1537 en la época de la conquista. Los subgrupos de los muiscas se identificaban principalmente por sus lealtades a tres grandes gobernantes: el hoa, centrado en Hunza, que gobernaba un territorio que abarcaba aproximadamente el sur y el noreste de Boyacá y el sur de Santander; el psihipqua, centrado en Muyquytá y que abarcaba la mayor parte de Cundinamarca y los Llanos occidentales; y el iraca, gobernante religioso de Suamox y el noreste de Boyacá y el suroeste de Santander.

El territorio de los muiscas abarcaba un área de unos 25.000 km2 desde el norte de Boyacá hasta el Páramo de Sumapaz y desde las cumbres hasta la porción occidental de las cordilleras orientales. Su territorio limitaba con las tierras de los Panche en el oeste, los Muzo en el noroeste, los Guane en el norte, los Lache en el noreste, los Achagua en el este y los Sutagao en el sur.

Lengua chibcha

A lo largo de los siglos, la pasión por el oro ha llevado a muchos a un infructuoso camino hacia lo desconocido. Posiblemente el más conocido de esos viajes comenzó con la historia de un nativo que vivía en el vasto interior de los míticos planos andinos. Según la leyenda, este rey muisca se cubría de polvo de oro durante una ceremonia, tras la cual se sumergía en el lago Guatavita desde una balsa y su pueblo le arrojaba joyas preciosas para apaciguar a los dioses submarinos.

  ¿Cómo surge la muerte?

Cuando los primeros exploradores españoles llegaron a Sudamérica en el siglo XVI, oyeron hablar de una tribu que vivía en lo alto de los Andes de la actual Colombia. Supieron que cuando un cacique ascendía al poder se le iniciaba con una ceremonia en el lago Guatavita, que más tarde se conoció como la ceremonia de “El Dorado”. Uno de los relatos más detallados procede del libro de Juan Rodrigez Freyles de 1536 La conquista y descubrimiento del nuevo reino de Granada.  Cuenta que cuando un líder moría, a su sucesor se le llamaba “el dorado” o “la dorada” y tenía que pasar un tiempo solo en una cueva sin productos de sal ni poder salir. Su primer viaje posterior sería al lago ceremonial de Guatavita.  Rodeado de cuatro sacerdotes adornados con plumas, coronas de oro y adornos corporales, el líder, desnudo salvo por una cubierta de polvo de oro, se disponía a realizar una ofrenda de objetos de oro, esmeraldas y otros objetos preciosos a los dioses arrojándolos al centro del lago.