Dos grandes tradiciones se dan cita en agustín

Dos grandes tradiciones se dan cita en agustín

Dos grandes tradiciones se dan cita en agustín

¿cuál era el pensamiento de agustín sobre las reglas?

“La humanidad se divide en dos clases: los que viven según el hombre y los que viven según Dios. A éstos los llamamos las dos ciudades… La Ciudad Celestial supera a Roma. Allí, en lugar de la victoria, está la verdad”

Los bárbaros irrumpieron en el imperio, amenazando el modo de vida romano como nunca antes. La iglesia cristiana también se enfrentó al ataque de los herejes internos. La posible destrucción de la cultura, la civilización y la iglesia era algo más que una pesadilla ocasional: se percibía como una amenaza inmediata. Y Agustín respondió con tanta sabiduría, que sus respuestas siguen siendo consideradas por algunos como los escritos más importantes de la iglesia después de la Biblia.

Desde su nacimiento en un pequeño pueblo del norte de África, Agustín conoció las diferencias religiosas que abrumaban al Imperio Romano: su padre era un pagano que honraba a los antiguos dioses púnicos; su madre era una celosa cristiana. Pero el adolescente Agustín estaba menos interesado en la religión y el aprendizaje que en el sexo y la alta vida, como unirse a sus amigos para robar peras de la viña de un vecino “no para comerlas nosotros, sino simplemente para echárselas a los cerdos”.

resumen de la filosofía de san agustín

San Agustín (354-430 d.C.), cuyo nombre original era Aurelius Augustinus, fue el obispo católico de Hipona, en el norte de África.    Fue un hábil retórico de formación romana, un prolífico escritor (que produjo más de 110 obras en un período de 30 años) y, por amplia aclamación, el primer filósofo cristiano.    Al escribir desde un punto de vista único como observador de la sociedad antes de la caída del Imperio Romano, las opiniones de Agustín sobre la filosofía política y social constituyen un importante puente intelectual entre la antigüedad tardía y el mundo medieval emergente.    Por el alcance y la cantidad de su obra, muchos estudiosos lo consideran el filósofo occidental más influyente.

Aunque Agustín no se consideraba un filósofo político o social en sí mismo, sus reflexiones sobre temas como la naturaleza de la sociedad humana, la justicia, la naturaleza y el papel del Estado, la relación entre la Iglesia y el Estado, la guerra justa e injusta y la paz, han contribuido a la formación de la civilización occidental. Hay mucho en su obra que anticipa los principales temas de los escritos de los modernos como Maquiavelo, Lutero, Calvino y, en particular, Hobbes.

historia de san agustín

En el año 397 Agustín escribió una regla de vida común para los cristianos laicos. A su regreso a Thagaste, en el norte de África, tras ser bautizado por Ambrosio en Milán, Agustín fundó una nueva comunidad de laicos con los que compartió vida y oración. Más tarde, como obispo, invitó a sus sacerdotes a compartir una vida comunitaria con él.

La Regla que escribió expresa sus ideas sobre la vida en una comunidad religiosa intencional. Según la evidencia actual, la Regla de Agustín es la regla monástica más antigua de la Iglesia Occidental. Comparada con otras reglas monásticas, como la de San Benito, es muy breve. Pero sus preceptos llegan a la base misma de la vida comunitaria.

La Regla se difundió rápidamente como guía para las comunidades de cristianos que deseaban vivir juntos el Evangelio en apoyo mutuo. A partir del siglo V, fue utilizada en toda Europa por pequeños grupos de monjes y monjas ermitaños, así como por sacerdotes diocesanos que vivían -como Agustín y sus sacerdotes en Hipona- en comunidades catedralicias con su obispo. En el tratado De religionum origine (“Sobre el origen de la religión”), escrito por un monje cartujo anónimo en el año 1480, se declara que Agustín, “siguiendo fielmente el ejemplo de los Apóstoles, compuso una Regla llena de discreción y muy breve en palabras, aunque no en mérito, pues contiene todo lo que pertenece a la salvación eterna y al estado de perfección, tanto que, si se observa bien, bastará para los que son perfectos. Y para los que son imperfectos y tímidos apenas implica nada muy difícil, si son de buena voluntad”. La Regla de Agustín insiste en que la comunidad debe vivir en armonía, “siendo una sola mente y un solo corazón en el camino hacia Dios”. El mensaje más fundamental de la Regla es éste: El amor -el amor a Dios, el amor al prójimo- es el centro de la vida cristiana.

agustín de hipófisis

Estos tres tipos de enseñanza deben realizarse en lo que Agustín llamó el estilo restringido. Este estilo requiere que el profesor no sobrecargue al alumno con demasiado material, sino que se mantenga en un tema a la vez, que revele al alumno lo que se le oculta, que resuelva las dificultades y que se anticipe a otras cuestiones que puedan surgir. Los profesores también deben ser capaces de hablar de vez en cuando en lo que él llamaba el estilo mixto -utilizando frases y ritmos elaborados pero bien equilibrados- con el fin de deleitar a sus alumnos y atraerlos a la belleza del material. Los profesores también deben ser capaces de hablar en el estilo grandioso, cuyo objetivo es mover a los alumnos a la acción. Lo que hace que el estilo grandioso sea único no son sus elaboraciones verbales, sino el hecho de que sale del corazón -de la emoción y la pasión-, moviendo así a los alumnos a obedecer a Dios y a utilizar su creación para llegar a disfrutar plenamente de Dios. Esta respuesta esperada es totalmente coherente con la que probablemente sea la cita más famosa de la autobiografía de Agustín, Las confesiones: “Nos despiertas para que alabarte nos alegre, porque nos has hecho y atraído hacia ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descansa en ti” (1997b, p. 3).

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