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Como patrón de los agricultores, San Isidro Labrador es reconocido en muchos de los pueblos agrícolas de Andalucía, como Periana, Nerja, Alhaurín el Grande, Trapiche, Ardales, Villanueva del Trabuco, Churriana y Estepona en la provincia de Málaga, Ventas de Huelma en Granada, y otros.
San Isidro Labrador nació en Madrid hacia 1070 y vivió hasta 1130. Su vida laboral transcurrió en la finca de un terrateniente, Juan de Vargas. Al parecer, era un hombre devoto que compartía todo lo que tenía con los pobres, incluso sus comidas. Debió de distraer a su mujer, María, ya que le insistió en que mantuviera un puchero hirviendo todo el día para alimentar a los hambrientos campesinos que llevaba a casa. Se dice que un día se presentó con un poco de gente y la olla se agotó antes de que se sirvieran todos. Isidro ordenó a su mujer que volviera a mirar la olla y, efectivamente, volvió a estar llena. En total se le atribuyen 438 milagros.
Isidro fue beatificado en 1619 por el Papa Pablo V y canonizado tres años después por el Papa Gregorio XV. Sus restos, junto con los de su sufrida esposa, reposan ahora en la iglesia de San Isidro de Madrid. El sepulcro tiene nueve cerraduras y sólo el monarca tiene una llave maestra. Sólo el Arzobispo de Madrid puede abrir el sepulcro y eso sólo con la autorización del monarca. La última vez que se abrió fue en 1985.
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Las tradiciones y el amor por el espectáculo de los andaluces se unen de forma colorida cuando los habitantes de Estepona celebran el día de su patrón, San Isidro Labrador.
El centro de las celebraciones es una espectacular procesión que parte de la Iglesia de San José, en el casco antiguo, y que recorre el centro antes de volver a la iglesia. En honor a la ocupación agraria del santo, la fiesta se centra en el patrimonio agrícola de la ciudad, con vehículos agrícolas engalanados con follaje, flores y los frutos de la tierra encabezando el recorrido.
En consonancia con el tema rural -y con la creciente reputación de Estepona como “ciudad jardín”-, las calles y casas del casco antiguo se decoran con helechos y palmeras, mientras se instalan puestos rústicos que ofrecen a los asistentes a la fiesta una degustación de la comida y la bebida tradicionales de la zona.
El desfile suele comenzar sobre las 18:00 horas del 15 de mayo y dura unas dos horas y media, con la entrega de premios a las carrozas mejor decoradas, antes de que los festejos se trasladen al recinto ferial, donde se respira un auténtico ambiente de feria campestre. Además de las atracciones, hay actuaciones de música tradicional, concursos de productos agrícolas muy disputados, espectáculos ecuestres, concursos de ganado, exhibiciones de artesanía -incluyendo espectáculos de manejo de hachas- y exhibiciones de cetrería.
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Si está planeando visitar Madrid, la próspera capital y mayor ciudad de España, una de las mejores épocas para ir es a mediados de mayo. En esta época del año, concretamente el 15 de mayo y los días que lo rodean, es cuando se celebran las Fiestas de San Isidro Labrador para conmemorar una de las fiestas más celebradas de Madrid. La fiesta y el festival, que se celebran en un recinto al aire libre conocido como Pradera del Santo, se escenifican en honor al patrón de la ciudad, San Isidro Labrador, que también es el patrón de los agricultores.
Según los historiadores, San Isidro nació en la actual zona de Madrid en el año 1082 y murió en 1172. Cuenta la leyenda que mientras el santo rezaba, dos ángeles araron la tierra por él. A San Isidro se le atribuyen numerosos milagros. Uno de ellos, según los hagiógrafos, ocurrió cuando estaba construyendo un pozo y su hijo se cayó accidentalmente. San Isidro, mediante la oración y la meditación, devolvió milagrosamente al niño al brocal cuando el nivel del agua lo hizo flotar.
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El día de San Isidro Labrador, el 15 de mayo, y los días previos son la ocasión perfecta para disfrutar de la esencia más auténtica de Madrid. Estas fiestas, dedicadas a un labrador del siglo XII, se han convertido en unas fiestas patronales en las que todos los visitantes y ciudadanos se sumergen por completo en la esencia del Madrid de antaño.
Durante estos días, madrileños y turistas acuden en romería a la Ermita de San Isidro situada en la dehesa que lleva el mismo nombre para pasar el día disfrutando de música, bailes y platos típicos de la fiesta como los entresijos y las gallinejas o las rosquillas con azúcar. Mañana y tarde, la Pradera de San Isidro se llena de visitantes que celebran junto a los chulapos y chulapas ataviados con el traje tradicional y que acuden a disfrutar de una jornada al aire libre en la que los conciertos, la gastronomía y el ambiente festivo inundan todos los rincones de la ciudad.Además de la Pradera, Las Vistillas y la Plaza Mayor son otros puntos clave durante las noches de San Isidro. La música cobra protagonismo en estas noches festivas en las que los conciertos de música tradicional e independiente en directo y las verbenas impresionan a los más exigentes. Hacia la medianoche, el Parque del Retiro se llena de luz y color con los fuegos artificiales que se lanzan desde el monumento dedicado a Alfonso XII.