¿Qué actividades se realizan en el We Tripantu?

¿Qué actividades se realizan en el We Tripantu?

Fiesta de la Virgen del Carmen

La astrología y la astronomía fueron disciplinas muy importantes que el pueblo mapuche, al igual que todos los pueblos originarios del continente, utilizó como medio para desarrollar y fomentar el conocimiento. Lograron interpretar los movimientos del sol, del resto de los astros y de los planetas a través de análisis y estudios. También comprendieron los cambios producidos en la naturaleza e incluso en las personas como consecuencia de esos movimientos.

Así, fueron capaces de definir con precisión el comienzo y el final del Año Nuevo. La naturaleza y la Tierra tienen una lógica basada en la evolución y su comprensión lleva a determinar el inicio y el cierre de cada etapa.

En nuestro hemisferio, la llegada del invierno tiene lugar el 21 de junio y coincide con el solsticio de invierno. Este es el punto del calendario en el que la Tierra se inclina a su mayor distancia del sol. Es el día más corto del año y la noche más larga. Para los mapuches, este fenómeno natural marca el final del periodo de cosecha y el comienzo de una nueva temporada de siembra.

Fondas

La fe cristiana concede un estatuto importante a la dimensión simbólica y a la mistagogía, entendida como la pedagogía que permite comprender el Misterio. Los ritos, la fiesta, la celebración lúdica y gratuita, ocupan espacios esenciales tanto en la vida familiar como en la experiencia eclesial. En este breve artículo, queremos asumir la necesidad de repensar creativamente la fe y su experiencia desde los conceptos de juego y fiesta creativa.

Desde el punto de vista cristiano, Battista Modin afirma que el juego posee tres características principales3. La primera de ellas nos habla de una función lubricante, es decir, el juego es un medio por el cual podemos salir del marco de nuestras exigencias laborales en busca de divertirnos con nuestros allegados. El fin de semana es anhelado para renovar nuestras energías. Allí, la liturgia tiene su lugar. Allí llegamos después de una semana de trabajo exigente, y en muchos casos, alienante, para participar de la celebración litúrgica comunitaria y liberadora, que nos permite volver a las fuentes, al origen libre de la condición humana.

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Mapuche

Coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio sur, y es la celebración más importante para la tribu mapuche. Es similar al año nuevo, pero con un significado mucho más profundo, ya que el vínculo con la naturaleza es parte esencial de la cosmovisión de esta cultura. Para ellos, este día marca el “inicio del retorno” del sol.

Cada año, el pueblo mapuche celebra el We Tripantu, una importante tradición ancestral que, entre el 21 y el 24 de junio, marca un nuevo comienzo, un cambio de ciclo impulsado por la energía de la naturaleza que se renueva constantemente.    Esta fecha coincide con el solsticio de invierno, un fenómeno astronómico interpretado por esta cultura ancestral como el “renacimiento de la vida”.

Al comienzo del We Tripantu, el sol “comienza a regresar” y la naturaleza experimenta múltiples cambios: llegan las lluvias que traerán nuevos brotes, los ríos renuevan sus aguas, los pájaros madrugan, los animales se despojan de su pelaje.    Todas las energías de la Tierra se renuevan.

Según la cosmovisión mapuche, el ser humano está muy conectado con la naturaleza, por lo que toda esta energía transformadora también afecta a las personas y a las comunidades.    El sol, la luna, la lluvia, el océano y el viento son elementos que deben permanecer siempre en equilibrio para que podamos vivir en buena salud y armonía.

Fiesta de la vendimia chile

DEL CAMPO A LA CIUDADCuando era pequeña a Graciela Cheuquepan le encantaba jugar al aire libre, saltar de un árbol a otro “como un mono” y revolcarse por los campos que rodeaban la casa de sus abuelos. Los ojos brillantes llenan su rostro cuando me habla de esa época de su vida.Sin embargo, cuando tenía 8 años, su vida sufrió un cambio brusco. Con su familia, viajó 600 km al norte, a la ciudad de Santiago. El mismo destino que comparte el 80% de las familias indígenas mapuches de Chile.Su amada tierra se ha ido reduciendo y se ven obligados a dejarla atrás, encontrándose confinados en un entorno urbano desconocido e inhóspito.El padre de Graciela se trasladó a Santiago en 1969, seguido por su familia al año siguiente. Tuvieron que mudarse porque la tierra no era suficiente para que ella y sus cinco hermanos pudieran vivir. “Los mapuches necesitamos la tierra para sobrevivir”.

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Graciela pudo entonces reencontrarse con su lengua materna, y comenzó a hablarla con sus hijas por primera vez. Con el fin de la dictadura, en 1990, volvió la interacción social entre la comunidad mapuche de Santiago, y la Ley Indígena de 1993 jugó un papel crucial en ello. Se pusieron en marcha nuevas inversiones públicas y muchos proyectos sociales con el objetivo de redescubrir, proteger y promover las raíces culturales vivas del país. Pero la creación de la primera ruka de la ciudad, construida en el barrio Graciela de La Pintana en 2002, fue un paso fundamental para la comunidad mapuche. La interacción social es vital para cualquier cultura, y contar con un lugar físico ayudó inmensamente a la cultura mapuche en Santiago a recomponerse. Por fin, los hilos separados y polvorientos, que se sentían perdidos y alienados en distintos rincones de la gran ciudad, pudieron volver al viejo telar y crear un nuevo y brillante tapiz.