¿Qué cultivan en Gracias a Dios?

¿Qué cultivan en Gracias a Dios?

Revolución en Honduras

La prohibición de la pesca que entró en vigor a principios de marzo -y que durará hasta julio- está agravando la ya difícil situación de las familias de La Moskitia, una región del extremo oriental de la costa de los Mosquitos de Honduras. Con las fuentes de ingresos de los padres interrumpidas, las comidas escolares representan el único alimento que los niños pueden recibir durante el día.

Se trata de una historia que se repite en todo el mundo, ya que en casi todos los países en los que el Programa Mundial de Alimentos -como mayor proveedor de comidas escolares- ejecuta programas de alimentación o colabora con los gobiernos, se registran cierres parciales o totales de escuelas.

“Decidimos hacer la entrega puerta a puerta para evitar las aglomeraciones en las escuelas, y también fue una oportunidad para ver cómo estaban los niños y sus familias”, dice Golda, que también es profesora de la escuela Kasbrikapiska (que en miskito significa “pedazo de cielo”).

Al entregar los alimentos, los profesores aprovechan para formar a las familias sobre cómo mantener a raya el coronavirus. También verifican la identidad de las familias y documentan sus condiciones de vida, para que puedan recibir la ayuda adecuada más adelante.

El Caribe

La migración nace como resultado de diferentes derechos que se vuelven esquivos en la Honduras del siglo XXI: el derecho a la vivienda, el derecho a una fuente de ingresos digna y, más recientemente, el derecho a envejecer. El siguiente documental fotográfico de cinco partes intenta responder a por qué los hondureños han emprendido la ruta migratoria hacia Estados Unidos, de dónde vienen, cómo lo hacen, qué pasa cuando cruzan a otros países, las amenazas que enfrentan en la ruta, cómo es la vida de los que lo logran y qué pasa con los hondureños que regresan por voluntad propia o de otra manera.

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Límites del Caribe

Miembros de la comunidad local en el municipio de Batalla, Honduras, hacen cola fuera de una escuela, esperando ser atendidos durante el más reciente ejercicio de preparación y entrenamiento médico de la Fuerza de Tarea Conjunta-Bravo. En colaboración con el Ministerio de Salud y las Fuerzas Armadas de Honduras, la JTF-Bravo prestó atención médica a 1.774 pacientes en Batalla y Wawina durante el MEDRETE, del 18 al 21 de abril. (Foto de la Fuerza Aérea de los EE.UU./Teniente Primero Christopher Díaz/Liberado)

La Teniente Primero de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Arlene Parada, enfermera del elemento médico, examina a los pacientes para determinar si necesitan ver a los proveedores de servicios médicos para una mayor atención de los pacientes durante el más reciente ejercicio de preparación y entrenamiento médico de la JTF-Bravo. En colaboración con el Ministerio de Salud y las Fuerzas Armadas de Honduras, la JTF-Bravo prestó atención médica a 1.774 pacientes en Batalla y Wawina durante el MEDRETE, del 18 al 21 de abril. (Foto de la Fuerza Aérea de los EE.UU./Teniente Primero Christopher Díaz/Liberado)

El sargento de la Fuerza Aérea de EE.UU. Thomas Delperdang, técnico de farmacia del elemento médico, explica a una paciente la medicación recetada que está recibiendo con las instrucciones adecuadas de uso durante el ejercicio de preparación y entrenamiento médico más reciente de la JTF-Bravo. En colaboración con el Ministerio de Salud y las Fuerzas Armadas de Honduras, la JTF-Bravo prestó atención médica a 1.774 pacientes en Batalla y Wawina durante el MEDRETE, del 18 al 21 de abril. (Foto de la Fuerza Aérea de EE.UU./Teniente Primero Christopher Díaz/Liberado)

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Gracias a dios mezcal

“Parte de la destrucción también es causada por los narcotraficantes que talan el bosque para construir sus pistas de aterrizaje clandestinas, granjas y laboratorios de drogas”, dijo un líder indígena de la Biosfera del Río Plátano de la región de La Mosquitia al sitio de noticias ambientales Mongabay.

Personal del C-9 de las Fuerzas Armadas de Honduras combate un incendio forestal en el departamento de Francisco Morazán, que junto con Gracias a Dios es uno de los dos departamentos hondureños más afectados por la deforestación debida al crimen organizado. (Foto: Fuerzas Armadas de Honduras)

La destrucción en enero de 2022 de dos plantaciones de coca por parte de las Fuerzas Armadas de Honduras puede considerarse como una evidencia de que las actividades del narcotráfico en el norte de Honduras están aumentando, causando un enorme daño al medio ambiente. Entre 2020 y 2021, sólo las plantaciones de coca afectaron a 140 hectáreas de bosques, informó Mongabay. Las autoridades destruyeron más de 525.000 plantas de coca y ocho narcolaboratorios en 2021, dijo la agencia de noticias española EFE.

El coronel del Ejército hondureño Carlos Ivanovich Rodríguez Maldonado, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Paz García, dijo a Diálogo que estos delitos “son cometidos principalmente por narcotraficantes cuyos tentáculos llegan a todo el norte del país. Básicamente ingresan por este departamento [Gracias a Dios] y continúan hasta el departamento de Colón, realizando actividades ilícitas como plantaciones de coca y marihuana, y destruyendo gran parte del ecosistema”.