La cultura de Japón
La cultura japonesa es antigua y está llena de ritos y tradiciones para honrar a la familia. Al ser un país insular, Japón pudo moderar la influencia de otras culturas durante siglos. Con importantes ritos de paso, festivales de celebración y una vestimenta y estilo únicos, los detalles de la vida de sus antepasados japoneses alegrarán sus historias familiares.
Dos grandes religiones influyen en las tradiciones y la cultura japonesas: El sintoísmo y el budismo. El sintoísmo se practica en Japón desde hace más de 2.000 años. En pocas palabras, el sintoísmo es la creencia en los kami (dioses). Debido a que el sintoísmo tiene mucho que ver con los rituales, algunos japoneses pueden sentir que no es una religión en absoluto, sino más bien una forma de celebrar muchas de las tradiciones sociales de Japón. Por esta razón, el budismo puede practicarse junto a las costumbres sintoístas.Hatsu Miyamairi: un rito cultural de paso
El Hatsu Miyamairi, u Omiyamairi, que significa “visita al santuario”, es una preciosa tradición familiar para los allegados de un recién nacido. Los padres o abuelos llevan al bebé a un santuario sintoísta para este especial rito de paso. Esta tradición sintoísta japonesa, que se realiza tradicionalmente 31 días después del nacimiento de un niño y 33 días después del nacimiento de una niña, muestra la gratitud por el nacimiento del niño. El sacerdote del santuario reza una oración por la salud y la felicidad del recién nacido.
La cultura empresarial japonesa
En las grandes empresas japonesas, así como en otras instituciones y servicios como el gobierno, se hace hincapié en el consenso como forma principal de llegar a las decisiones. Las decisiones se entienden como la suma de todas las contribuciones. Por ello, el papel de un directivo o líder suele ser el de facilitador de la creación de consenso. El papel principal de un líder es el de mantener la armonía, más que el de ser una fuente de autoridad o un responsable de la toma de decisiones. Por ejemplo, el verbo matomeru (‘decidir’) significa literalmente unificar o reunir.
Una parte importante de la creación de consenso es el proceso informal denominado nemawashi. El término significa literalmente “rodear las raíces” y se refiere a la forma en que un jardinero excava alrededor de las raíces de una planta para preparar su replantación. Así, el proceso de consenso requiere que el líder prepare los cimientos del cambio o proyecto propuesto hablando con los demás, recopilando información y comentarios, etc. Aunque es un proceso que requiere mucho tiempo, se considera una forma necesaria de promover tanto los intereses del grupo como los individuales. Además, una vez tomada la decisión, la aplicación suele ser relativamente sencilla, ya que la mayoría de las partes interesadas ya han participado y se ha establecido la viabilidad.
Cultura popular
Japón tiene una cultura fascinante y polifacética; por un lado, está impregnada de las más profundas tradiciones que se remontan a miles de años; por otro, es una sociedad en continuo estado de rápido cambio, con modas que cambian continuamente y un desarrollo tecnológico que amplía constantemente los límites de lo posible. Esto es parte de lo que hace que sea un país tan fascinante para visitar. Si busca algo diferente, seguro que lo encontrará aquí.
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La cultura japonesa moderna
Ya en 1920 se estableció un debate en torno al uso de la cultura y la comunicación mediática como estrategia para mejorar la comprensión internacional de la perspectiva de Japón. El debate comenzó cuando Japón aspiraba a convertirse en una potencia imperial y colonial, equivalente a sus homólogos euroamericanos. Esta idea se interrumpió una vez que Japón fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial. Con las luchas económicas a las que se enfrentó Japón después de la guerra, se volvió a plantear la cuestión del uso de la cultura y la comunicación mediática. Para que Japón se reinventara y permitiera a los demás ver sus verdaderos colores, se centró en proyectar una imagen nacional seleccionada mediante la exportación de productos culturales atractivos, como la animación, los programas de televisión, la música popular, las películas y la moda. La diplomacia pública quería permitir que otros países entendieran su posición sobre diversos temas actuando directamente sobre la población de los países extranjeros. Con la popularidad de la televisión que estaba surgiendo en los países asiáticos, produjeron un programa que debía mostrar la vida real de los japoneses[7].