Orígenes de los aztecas
La excavación del centro espiritual azteca, el Templo Mayor, por parte del arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma proporcionó información que de otro modo sería desconocida sobre la religión y la sociedad del imperio mesoamericano posclásico.
El destacado arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma pronunciará el 10 de abril la primera conferencia en el campus de la serie que lleva su nombre y honra sus contribuciones a la arqueología. El título es “Eduardo Matos Moctezuma se descubre a sí mismo: Excavaciones del Gran Templo Azteca”, y la charla pública tendrá lugar a las 18:00 horas en el Aula de Geología, en la calle Oxford 24.
A continuación se presenta una entrevista con Matos Moctezuma, publicada por primera vez en la Gaceta el año pasado, en la que hablaba de los aztecas y de su trabajo de descubrimiento. La entrevista está traducida del español original.
MATOS MOCTEZUMA: Creían que venían de un lugar llamado Aztlán, de ahí el nombre de aztecas. Algunos expertos creen que Aztlán es un mito porque aún no ha sido descubierto. Según el mito, salieron de Aztlán guiados por uno de sus dioses hasta llegar al lago de Texcoco, en la actual Ciudad de México, donde fundaron Tenochtitlan, la capital del imperio azteca, en el año 1325.
Azteca británica
Según los historiadores, las tribus migratorias comenzaron a asentarse en México antes del año 1100 de la era cristiana. Se formaron pequeñas “ciudades-estado”, cada una de las cuales era una entidad independiente gobernada por un tlatoani, que dirigía un consejo de nobles. A medida que estas ciudades-estado crecían y prosperaban, las que tenían más poder comenzaron a dominar. A finales de 1200, se habían formado varios imperios separados en México.
De esos imperios, el que existía en la ciudad de Tenochtitlan era el más poderoso. Los guerreros de esta zona dominaban las ciudades-estado vecinas y permitían al gobernante, Motechuhzoma II, imponer los ideales y la religión azteca en una enorme zona geográfica de México.
Para los estudiosos de la historia resulta sorprendente que la capital azteca cayera en manos de los españoles, dirigidos por Cortés, en agosto de 1521. Una de las teorías es que la viruela, llevada a Tenochtitlan por uno de los soldados de Cortés, desempeñó un papel importante en la caída del imperio azteca. Tantos guerreros sucumbieron a la enfermedad que fueron incapaces de detener el ataque de los españoles, que quizá ganaron simplemente porque sus sistemas inmunitarios eran un poco más resistentes a la viruela.
La comida de los aztecas
Tres cultivos constituían los alimentos básicos de la dieta azteca: el maíz, las judías y la calabaza. Cada una de estas tres plantas ayuda a las otras cuando se cultivan juntas. Por ejemplo, el maíz toma el nitrógeno del suelo, que los frijoles reemplazan. Las plantas de frijol necesitan un soporte firme sobre el que crecer; los tallos de maíz proporcionan ese soporte.
Los aztecas cultivaban una gran variedad de cultivos y granos. Algunos de los cultivos más importantes de la agricultura azteca eran el maíz, las judías y la calabaza. En particular, el maíz era el grano más importante en la sociedad azteca y la parte esencial de su dieta. Además de éstos, los aztecas también cultivaban chiles, tomates, cacahuetes, etc.
Los agricultores aztecas construían el suelo hasta que superaba la superficie del lago. Plantaron sauces de rápido crecimiento en las esquinas de las parcelas para fijar la chinampa al fondo del lago mediante las raíces de los árboles. En el apogeo del Imperio Azteca, miles de estas fértiles y productivas chinampas rodeaban Tenochtitlan y otras ciudades aztecas.
– Aves como el faisán, la paloma y el cuervo también se cazaban junto al lago. Los aztecas cultivaban todo lo que se movía en el lago o sobre él. Esto incluía ranas, camarones de agua dulce y larvas acuáticas. Los huevos de la mosca del agua, llamada ahuauhtli, se recolectaban y se comían como caviar. Las hambrunas eran frecuentes y sus técnicas agrícolas eran …
La sociedad azteca
La base de la dieta azteca era el maíz. Cultivaban numerosas variedades de maíz, así como muchos otros cultivos como las judías, el amaranto y la calabaza. Algunos platos se condimentaban con sal y chiles. Esta mezcla de productos proporcionaba una dieta equilibrada que no presentaba ninguna carencia significativa de vitaminas o minerales.
Los mexicas (que más tarde se convertirían en aztecas) se enfrentaron a un dilema particular, en gran parte de su propia mano. La leyenda mexica (azteca) cuenta que abandonaron su hogar, Aztlán (ubicación no comprobada), en una larga peregrinación que duró cientos de años. Buscaban una señal específica que les indicara dónde fundar su nueva capital y centro ceremonial. La señal era un águila, posada en un cactus. Hoy, esta improbable combinación, con el águila devorando una serpiente, es un símbolo nacional y aparece en la bandera nacional.
El dilema surgió porque primero vieron esta señal y fundaron su nueva capital, Tenochtitlan, en una isla en medio de un lago en el centro de México. Una isla unida por calzadas a varios lugares del “continente” podría haber tenido algunas ventajas en términos de defensa, pero el suministro de alimentos y agua dulce al creciente asentamiento era más bien un desafío.