¿Qué son los gauchos cómo viven y sus costumbres?

¿Qué son los gauchos cómo viven y sus costumbres?

Los gauchos argentinos

Ya había pasado la hora del té cuando salimos de la carretera de un solo carril, atravesamos una puerta de madera sin marcar y cruzamos un retículo de ovejas hasta llegar a la pista de tierra. Hacía horas que no veíamos a nadie más, desde la hosca policía fronteriza al cruzar de Argentina a Chile, sólo la enorme inmensidad de las llanuras patagónicas. El paisaje había cambiado poco, interminables ovejas pastando en estepas onduladas y guanacos como llamas galopando hacia cordilleras que se perfilaban contra el cielo siempre cambiante mientras cóndores de dedos negros costeaban en la brisa. Sin embargo, más adelante había movimiento: grandes nubes de polvo salían doradas de detrás de un rancho de poca altura y el sonido de cascos y balidos frenéticos se colaba por la ventana abierta. “Llegan tarde”, explicó Christian, nuestro guía, mientras salía del camión. Detrás de la casa había un mar de blanco; los perros ladraban, corriendo para acorralar a los últimos rezagados mientras tres gauchos, arrastrados por el tumulto, se movían sin esfuerzo en sus monturas. Los gauchos, en plena sesión anual de esquilado de ovejas, se perfilaban bajo la luz del verano y constituían un magnífico espectáculo.

Qué es un gaucho

Si quiere conocer a fondo la Patagonia, no debe ignorar su historia y su cultura. Conocer cómo es y fue la vida en este remoto rincón del mundo hará de su viaje una experiencia inmejorable.

Entre ellos, los chonos, que vivían en las islas entre el archipiélago de Chiloé y la península de Taitao; los kawéskar, entre el golfo de Penas y el estrecho de Magallanes; y los yámana, que habitaban las islas al sur de Tierra del Fuego, según el Museo de Arte Precolombino de Chile.

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Mientras tanto, en las extensas llanuras entre el Estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego vivían nativos de una altura y proporciones inusuales. También eran cazadores-recolectores y se dice que el término “patagón” -o “pie grande” en español y portugués- proviene del gran tamaño de sus pies.

Entre el río Santa Cruz y el estrecho de Magallanes, los tehuelches vivían de la caza del guanaco (mamífero sudamericano emparentado con el camello) y del ñandú (ave no voladora). Su modo de vida se vio alterado por la introducción de las tradiciones occidentales.

Hechos de Argentina

El gaucho se asemeja en algunos aspectos a los miembros de otras culturas rurales del siglo XIX basadas en el caballo, como el vaquero norteamericano, el huaso de Chile central, el chalán o morochuco peruano, el llanero venezolano y colombiano, el chagra ecuatoriano, el paniolo hawaiano,[2] el charro mexicano y el campino portugués.

Otra teoría es que la palabra puede derivar del portugués gaudério, que se designaba a los habitantes de las vastas regiones de Río Grande do Sul y Río de la Plata en el siglo XVIII, o del portugués garrucho, que señala un instrumento utilizado por los gauchos para atrapar y atar al ganado. El cronista del siglo XVIII Alonso Carrió de la Vandera habla de gauderios cuando menciona a los gauchos o huasos como hombres mal vestidos.

Los jinetes itinerantes, que cazan ganado salvaje en la pampa, se originaron como clase social durante el siglo XVII. “La gran abundancia natural de la pampa”, escribió Richard W. Slatta, con su plétora de ganado, caballos, avestruces,[6] y otros animales de caza silvestre, significaba que un jinete y cazador hábil podía vivir sin un empleo permanente vendiendo cueros, plumas, pieles y comiendo carne gratis. Esta generosidad pampeana configuró la existencia independiente y migratoria del gaucho y su aversión al régimen sedentario”[7] Oficial español Félix de Azara, de Goya

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La vida del gaucho

Es conveniente aclarar que el gaucho es un hombre de campo, que trabajaba en las tierras exteriores de Buenos Aires. Un jinete, un hombre rural independiente y nómada. Los primeros gauchos aparecieron en la zona del Litoral a principios del siglo XVII y, en las llanuras desérticas de la Pampa, había gran cantidad de vacas y caballos salvajes, sin dueño, llamados “cimarrones”. Así comenzó a configurarse la imagen del gaucho. Se dedicaba a la caza de ganado salvaje para su alimentación, más tarde a la extracción de cuero y a su comercialización.

El gaucho, en su tiempo de ocio, tomaba mate amargo, comía asado, empanadas, locro, guisos, pastas dulces de queso de membrillo o dulce de batata. Solía realizar un deporte típico y de competición llamado “corrida de sortija”, un juego que consistía en introducir un puntero en un pequeño aro que colgaba de dos postes de madera verticales atravesados por una viga. Este juego gauchesco se realizaba a caballo con el jinete de pie en los estribos, a toda velocidad y galopando al máximo, ¡todo un espectáculo! El gaucho también se dedicaba a tocar la guitarra, a realizar payadas y a bailar el pericón o el malambo, bailes típicos argentinos.