La tradición sagrada
Muchos no católicos creen que la Biblia es la única regla de fe. Sostienen que cualquier enseñanza que no esté respaldada por las escrituras no debe ser aceptada. Algunos cristianos protestantes lo expresan así…
Muchos no católicos creen que la Biblia es la única regla de fe. Sostienen que cualquier enseñanza que no esté respaldada por las escrituras no debe ser aceptada. Algunos cristianos protestantes lo expresan de esta manera: “Si una enseñanza no se encuentra en las páginas de la biblia, no la creeremos”. Esta posición se denomina Sola Scriptura (Sólo la Biblia).
Por el contrario, la Iglesia Católica cree tanto en la Biblia como en la Sagrada Tradición. Cree que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios y la venera como venera el cuerpo del Señor (Cf. Dei Verbum, art.21). Sin embargo, la Iglesia cree que la Biblia no contiene materialmente toda la verdad esencial de la fe cristiana.
No es la única regla de fe. Ella cree en la fe viva transmitida por los apóstoles. Lo que los apóstoles transmitieron contiene todo lo que sirve para que el pueblo de Dios viva su vida en santidad y aumente su fe (Cf. DV, art.8). Los apóstoles transmitieron su fe tanto de palabra como por escrito. Para los católicos, la Biblia y la Sagrada Tradición son la regla suprema de la fe. Una no está separada de la otra. Este artículo pretende explicar por qué la Iglesia católica cree tanto en la Biblia como en la Sagrada Tradición.
Ejemplos de tradiciones de la iglesia católica
La Sagrada Tradición viene de Cristo. Es el don pleno y vivo de Cristo a los Apóstoles, transmitido fielmente a través de cada generación. Es a través de la Tradición que el Espíritu Santo hace presente al Señor Resucitado entre nosotros, ofreciéndonos la misma Palabra salvadora y los Sacramentos que dio a los Apóstoles.
“…Sé en quién he creído [es decir, en Jesús], y estoy seguro de que es capaz de guardar hasta ese Día lo que se me ha confiado. Sigue la pauta de las sanas palabras que has oído de mí, en la fe y el amor que hay en Cristo Jesús; guarda la verdad que te ha sido confiada por el Espíritu Santo que habita en nosotros.” (2 Tim 1,11-14)
A menudo escribimos Tradición, con mayúscula, para referirnos a la Sagrada Tradición. Esta Tradición Católica es diferente de aquellas tradiciones (t minúscula) que son meras costumbres, y que no forman parte de la Revelación Divina.
El Concilio Vaticano II (“Vatican II”) escribió un importante documento llamado “Sobre la Divina Revelación” (Dei Verbum en latín). Es bastante legible, y contiene una enseñanza definitiva sobre el significado completo de la Tradición Católica.
Qué es la cultura católica
Muchos no católicos creen que la Biblia es la única regla de fe. Sostienen que cualquier enseñanza que no esté respaldada por las escrituras no debe ser aceptada. Algunos cristianos protestantes lo expresan así…
Muchos no católicos creen que la Biblia es la única regla de fe. Sostienen que cualquier enseñanza que no esté respaldada por las escrituras no debe ser aceptada. Algunos cristianos protestantes lo expresan de esta manera: “Si una enseñanza no se encuentra en las páginas de la biblia, no la creeremos”. Esta posición se denomina Sola Scriptura (Sólo la Biblia).
Por el contrario, la Iglesia Católica cree tanto en la Biblia como en la Sagrada Tradición. Cree que la Sagrada Escritura es la palabra de Dios y la venera como venera el cuerpo del Señor (Cf. Dei Verbum, art.21). Sin embargo, la Iglesia cree que la Biblia no contiene materialmente toda la verdad esencial de la fe cristiana.
No es la única regla de fe. Ella cree en la fe viva transmitida por los apóstoles. Lo que los apóstoles transmitieron contiene todo lo que sirve para que el pueblo de Dios viva su vida en santidad y aumente su fe (Cf. DV, art.8). Los apóstoles transmitieron su fe tanto de palabra como por escrito. Para los católicos, la Biblia y la Sagrada Tradición son la regla suprema de la fe. Una no está separada de la otra. Este artículo pretende explicar por qué la Iglesia católica cree tanto en la Biblia como en la Sagrada Tradición.
Prácticas y creencias católicas
“Fijemos nuestros ojos en la sangre de Cristo y comprendamos lo preciosa que es para su Padre, pues, derramada por nuestra salvación, ha traído al mundo entero la gracia del arrepentimiento.” (San Clemente de Roma)
El antiguo nombre anglosajón del Viernes Santo era “Lang Fredag” o “Long Friday”, “largo” en el sentido de grande y significativo. El día es “bueno” porque es el día en que nuestra salvación fue ganada por Cristo en la Cruz, pero por supuesto es un día de dolor, solemnidad y luto. El nombre también puede provenir de la idea de que es “el viernes de Dios”.
Debido al Viernes Santo, todos los viernes son importantes para los cristianos y se observan como un día de penitencia. Como católicos, debemos abstenernos de comer carne u observar algún pequeño acto de penitencia todos los viernes del año.
El punto central del Viernes Santo es la liturgia que conmemora solemnemente la pasión y muerte de Cristo, y que suele celebrarse por la tarde, a las 15:00 horas, momento en el que se entiende que tuvo lugar la pasión de Cristo. La liturgia comienza con el sacerdote y el diácono postrándose completamente, en silencio, en el santuario, mientras toda la congregación también se arrodilla. Es una poderosa imagen de completa y humilde sumisión a Dios, que tomó sobre sí el peso de nuestros pecados y murió por nosotros en agonía. Se presenta una cruz y se descubre solemnemente para su veneración, que normalmente se hace besándola. La veneración de la cruz es un poderoso y conmovedor recordatorio de lo que la cruz significa para nosotros. A continuación, se lee la Pasión de Cristo en las Escrituras y, finalmente, se distribuye la Sagrada Comunión. La misa no se celebra el Viernes Santo. Desde la Misa de la Última Cena, un gran silencio ha descendido sobre la Iglesia en todo el mundo.