Tradiciones en la polinesia francesa
Pōmare v
Los archipiélagos están formados por islas volcánicas altas y atolones de coral bajos. Con el tiempo, las islas volcánicas comienzan a hundirse bajo la superficie. El coral circundante, que necesita luz para sobrevivir, crece hacia arriba y se separa gradualmente de la isla que se hunde. Finalmente, el volcán desaparece, dejando atrás la laguna interior dentro de una cadena de islotes de coral conocida como atolón. Rangiroa es un ejemplo de este fenómeno, mientras que Bora Bora podría considerarse un atolón parcial, ya que el centro de la isla sigue estando por encima del agua.
Islas de la sociedad
En la antigüedad, la creación artística se consideraba un acto religioso. La música, los espectáculos, las danzas e incluso los magníficos festines (dirigidos por los “arioi”, una casta aristocrática de sacerdotes artistas), formaban parte de la creación artística. En estos tiempos de abundancia, se celebraban ritos de alegría y fertilidad dedicados a la Madre Tierra y al dios Sol Oro. Todo el mundo llevaba entonces coronas, collares de flores perfumadas y follaje brillante. Durante semanas, se celebraban cantos, festivales y representaciones teatrales.
Se decía que los artistas o artesanos (tuhuna) estaban investidos de un altísimo poder de creación porque daban vida a materiales inertes. Este era el caso del escultor que moldeaba estatuas de piedra con la efigie de Tiki, (el hombre original que se convirtió en dios), o de los constructores de canoas dobles (va’a) que estaban destinadas a dominar el océano, o de los factores de pahu o toere (tambores y panderetas), cuyas voces rasgaban el silencio.
Hoy en día, asistimos a un renacimiento increíblemente dinámico de estas artes que parecen ser aún más inspiradas y creativas que antaño. El arte polinesio expresa magníficamente el amor del pueblo polinesio tanto por la vida como por su venerada tierra (la “Fenua”).
La población de tahití
Cuando los misioneros llegaron a Tahití, intentaron suprimir los sonidos y movimientos poderosos, vitales y sensuales que encarnan la música polinesia y la danza tahitiana. En la danza y los ritmos, los tahitianos dan voz a su Mana, permitiendo que surja del mar, descienda de las colinas y emane del alma de cada hombre y mujer polinesios que caen bajo su hipnotizante hechizo. La danza y la música tahitianas actuales celebran la resistencia de la cultura polinesia para superar y mantener sus expresiones sagradas de la vida. En la antigüedad, las danzas tahitianas estaban vinculadas a todos los aspectos de la vida. Se bailaba para dar la bienvenida a un visitante, para rezar, para desafiar a un enemigo o para seducir a una pareja.
Las orquestas actuales utilizan instrumentos de percusión y de cuerda. Entre los de percusión están el to’ere; el fa’alete; el pahu con dos pieles y golpeado con un palo y el pahu tupa’i rima, con una sola piel, que se toca con las manos. Los instrumentos de cuerda son el ukelele y la guitarra.
Otros instrumentos que habían desaparecido durante mucho tiempo de la cultura tahitiana han vuelto progresivamente, como el ihara, un tambor de bambú partido, y el vivo, una flauta nasal. Por último, se obtienen todo tipo de sonidos golpeando piedras, a partir de conchas, utilizando penu (piñón) o cocos.
Pouvanaa a oopa
La mayoría de los habitantes de la Polinesia Francesa (alrededor del 80%) son de etnia polinesia o polinesios mezclados con europeos. El resto de los isleños son en su mayoría chinos y europeos. La inmensa mayoría de la población habla tanto el francés como el tahitiano. Los polinesios tienen una actitud positiva hacia Francia, pero una parte de ellos quiere la independencia y está a favor de volver a la herencia de sus antepasados, al mismo tiempo que la otra está orgullosa de pertenecer a la cultura francesa. La mitad de los polinesios se consideran protestantes, y cerca del 35% son católicos. También se encuentran en la isla adeptos de otras convicciones religiosas, como los adventistas del séptimo día y los mormones. Independientemente de la religión, muchos isleños creen en espíritus ancestrales que pueden aparecer en el mundo de los vivos como fantasmas e incluso ponerse en contacto con sus familiares.
Uno de los conceptos más interesantes de la Polinesia Francesa es el místico “maná”. Mana puede significar muchas cosas: vitalidad, independencia, belleza, grandeza, inteligencia, verdad, etc. Depende sobre todo de la situación y de lo que haya que expresar. Cuando se dice de una persona “tiene mana”, suele significar que ha alcanzado algún tipo de iluminación. Otro rasgo distintivo de los polinesios son los tatuajes, muy extendidos. Los tatuajes siempre han sido una parte importante de la cultura polinesia y podían dibujarse en la piel como signo de pertenencia a alguna tribu o como símbolo de la transición de la infancia a la edad adulta. La propia palabra “tatuaje” es de origen tahitiano. Los tahitianos tenían un dios de los tatuajes, conocido por decorar todos los peces. Cada línea del tatuaje en el cuerpo, cada raya se considera todavía conectada con el maná. La mayoría de los isleños creen que cada polinesio debería tener al menos un tatuaje.