Tradiciones españolas con animales

Tradiciones españolas con animales

Tradiciones españolas con animales

La crueldad de la rapa das bestas

El reciente decreto por el que se prohíbe “la muerte de toros de lidia en presencia del público en los espectáculos taurinos populares y tradicionales”, aprobado el 19 de mayo por la Junta de Castilla y León, ha vuelto a poner en el orden del día el debate entre los defensores de los derechos de los animales y el lobby taurino.

La APDDA, fundada a finales de 2007, contaba con 60 miembros de todos los partidos hasta que se disolvieron las cámaras del Parlamento antes de las nuevas elecciones. Conecta a los grupos y asociaciones de bienestar animal con los representantes del pueblo de toda España en el Congreso de los Diputados. Un ejemplo es el reciente foro celebrado entre defensores de los derechos de los animales y parlamentarios, durante el cual se proyectó en el Parlamento el documental Febrero, el miedo de los galgos.

El documental aborda dos de los principales problemas en materia de derechos de los animales en España: la caza y el abandono. La temporada de caza termina en febrero y “miles de galgos españoles son abandonados, colgados o arrojados vivos a los pozos, como si fueran basura; la mayoría no tiene más de tres años”, afirma la organización benéfica para perros SOS Galgos.

Lanzamiento de cabras

En 1877, España aprobó su primera disposición sobre la crueldad con los animales, que prohibía el maltrato a los perros. El Código Penal de 1928 fue la primera ley que incriminó el abuso del maltrato a los animales en general[2].

  Tradiciones del siglo xvi

El actual Código Penal español impone una pena de tres meses a un año por maltratar cruelmente a los animales de compañía o causarles injustificadamente la muerte o un grave deterioro físico. Esta legislación sólo se aplica a los animales de compañía, y no está claro si esta legislación protege a los animales del sufrimiento causado por una omisión[1].

La Ley 32/2007 establece que el gobierno tomará medidas para garantizar que no se cause sufrimiento innecesario a los animales de granja, y fue promulgada para cumplir con los requisitos de la Unión Europea sobre el bienestar de los animales de granja. En ocasiones se han detectado carencias en la aplicación de estas disposiciones; por ejemplo, en 2011 la Comisión Europea emitió un dictamen motivado en el que pedía a España que subsanara las deficiencias en el cumplimiento de la legislación sobre el bienestar de los animales en el matadero, y en 2012 la Comisión pidió a España, mediante carta de emplazamiento, que tomara medidas para aplicar la prohibición de las jaulas en batería. La organización sin ánimo de lucro Compassion in World Farming también ha denunciado indicios de incumplimiento de la legislación de la UE sobre bienestar animal en relación con los cerdos, como el corte de colas, las celdas para cerdas y las camas[1].

La muerte del burro español

A lo largo de nuestro viaje a España a través de la Educación sobre Interacciones Humano-Animales en el extranjero, visitamos varios lugares diferentes que ejemplifican la diversidad de prácticas de cuidado de los animales que utilizamos los seres humanos, teniendo la oportunidad de comparar y contrastar las implicaciones culturales detrás de cómo cuidamos de nuestros animales. Por ejemplo, visitamos el zoo de Madrid, un centro de rescate de animales, varias granjas e instalaciones de investigación animal, la plaza de toros y mucho más. En general, en todos los lugares que visitamos en el maravilloso país de España, hubo muchas interacciones entre humanos y animales que son similares y diferentes que en los Estados Unidos, manteniendo una buena cantidad de orgullo y tradición en cada uno.

  La selva peruana y sus costumbres

“No se debe juzgar a un país y a su gente en función del tamaño. El nacionalismo es algo que se siente en el corazón”. Dennis, el conductor de la furgoneta y gibraltareño de novena generación, captó algo que parecía prevalecer en todo nuestro viaje por España: el orgullo. No importaba dónde fuéramos o qué interacción humano-animal pareciera estar en práctica, siempre parecía haber una cierta cantidad de orgullo asociada a ella, ya fuera por tradición o simplemente por producción general. A través de prácticas animales como el entretenimiento y los deportes, el bienestar de los animales de producción y el uso comercial/turístico, había muchas interacciones humano-animales en España que eran comparables a las de Estados Unidos.

Corrida de toros

En el ámbito de la Unión Europea (UE), basado en el Tratado de Ámsterdam de 1997, el artículo 13 forma parte del Tratado de Lisboa, firmado en 2007, que posteriormente se convirtió en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). El artículo 13 del TFUE reconoce explícitamente la sensibilidad animal y exige a los Estados miembros que “tengan plenamente en cuenta las exigencias en materia de bienestar de los animales” al formular y aplicar las políticas de la Unión Europea en materia de agricultura, pesca, transporte, investigación y desarrollo tecnológico.

Aunque la sintiencia animal no está reconocida explícitamente en la legislación, la Ley 32/2007, modificada por el Real Decreto 6/2013 de 11 de junio de 2013, sobre el cuidado de los animales en las explotaciones, el transporte, el sacrificio y la experimentación hace referencias al sufrimiento, reconociendo así un elemento de sintiencia. Sin embargo, esta Ley sólo contempla a los animales vertebrados que se utilizan en la producción, y a los animales utilizados en la investigación científica y la educación (artículo 2), y excluye específicamente, la caza y la pesca, los animales salvajes (incluso en cautividad) y los espectáculos taurinos. Algunos artículos de la Ley 32/2007 son aplicables a los animales de compañía.

  Cultura y tradiciones de alboraya