Usos y costumbres de los mormones
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creencias del mormonismo
Joseph Smith, Jr. dijo que vio dos “personajes” en la primavera de 1820, uno de los cuales señaló al otro y dijo: “Este es mi hijo amado. Escúchalo”. La iglesia enseña que esto fue una visita real de Dios el Padre y Jesús en la carne.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Iglesia SUD) centra su doctrina y enseñanza en Jesucristo; que fue el Hijo de Dios, nacido de María, vivió una vida perfecta, realizó milagros, sangró por todos los poros en el Huerto de Getsemaní, murió en la cruz, resucitó al tercer día, se apareció de nuevo a sus discípulos y ahora reside, con autoridad, a la derecha de Dios. En resumen, algunas creencias son comunes con las tradiciones católica, ortodoxa y protestante. Sin embargo, las enseñanzas de la Iglesia SUD difieren significativamente en otros aspectos y abarcan un amplio conjunto de doctrinas, por lo que las denominaciones mencionadas suelen situar a la Iglesia SUD fuera de los límites de la enseñanza cristiana ortodoxa resumida en el Credo de Nicea.
Las creencias fundamentales de la iglesia, alrededor de 1842, se resumen en los “Artículos de Fe”, y sus cuatro principios primarios son la fe en Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión para la remisión de los pecados y la imposición de manos para el don del Espíritu Santo[1].
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El Presidente Kimball enseñó que era inútil que una persona tratara de convencerse de que su deshonestidad era por una buena razón. Cualquiera que hiciera eso se engañaba a sí mismo y el Espíritu de Dios dejaba de estar con él. Simplemente se volvían aún más injustos.
Cuando una pareja ha decidido, tras la oración, que no debe tener hijos durante un tiempo, es aceptable el control de la natalidad, y no sólo la abstinencia, ya que la Iglesia reconoce que las relaciones sexuales ocupan un lugar importante en la expresión y demostración del vínculo de amor.
¡Todo lo que pueden cuidar! Por supuesto, cuidar a los niños significa algo más que darles la vida. Los niños deben ser amados, nutridos, enseñados, alimentados, vestidos, alojados y bien iniciados en sus capacidades para ser buenos padres ellos mismos.
…nuestros corazones se extienden a los que se autodenominan gays y lesbianas. Les amamos y honramos como hijos e hijas de Dios. Son bienvenidos en la Iglesia. Se espera, sin embargo, que sigan las mismas reglas de conducta que Dios ha dado y que se aplican a todos los demás, ya sean solteros o casados.