ROMANTICISMO PERUANO RICARDO PALMA
Tengo una hijita, la más dulce del mundo, la flor misma de la gracia y la belleza. En la cháchara de mi padre la llamo con el apelativo de “escorpioncito de Fray Gómez”. Lo que voy a hacer aquí es explicar de una vez el dicho de las viejas y el apodo que le he dado a mi querida Angelica.
Fray Gómez era un hermano lego. Tenía a su cargo el refectorio de la enfermería anexa a la iglesia franciscana de Lima. Hacía milagros por montones, sin hacer mucho ruido, como si fueran cosas sin importancia.
Por ejemplo, un día, mientras el fraile cruzaba un puente, un caballo desbocado tiró a su jinete. El pobre hombre yacía como muerto, con la cabeza magullada y la sangre brotando de la boca y la nariz.
Pero Fray Gómez se acercó serenamente a la figura postrada, tocó la boca del hombre con la faja de su hábito, lo bendijo tres veces y, ¡he aquí! sin médico ni drogas el supuesto cadáver se levantó tan fresco y vivo como si nada hubiera pasado.
“¡Un milagro! ¡Un milagro!”, gritó la multitud, y trató de llevarse al fraile en triunfo. Pero él, para escapar de la amenazante ovación, huyó tan rápido como pudo al monasterio y se encerró en su celda.
Tradiciones Peruanas – Un pronóstico cumplido
Antes de este artículo, no había leído a Palma, salvo un breve artículo sobre él en una revista hace casi un año. En las dos últimas décadas, sobre todo desde la traducción de Harriet de Onis en 1945, Caballeros del Cabo, la obra de Palma ha crecido mucho más allá de las historias a menudo provinciales y tópicas de su Perú natal.
Palma desempeñó muchos cargos a lo largo de su vida, como oficial de la marina, político y periodista. Pero hay dos cosas por las que se le recordará siempre. La Biblioteca Nacional de Perú y sus Tradiciones Peruanas.
El ascenso de Palma se produjo en una época especialmente sangrienta para vivir en el este de Sudamérica. De 1879 a 1883, Chile luchó con Perú (junto a Bolivia) en lo que se convirtió en la Guerra del Pacífico. Esta guerra fue importante por la naturaleza brutal del eventual triunfo chileno. Le arrebató a Perú Tarapacá y Arica, dos zonas de yacimientos ricos en minerales, y le quitó a Bolivia su único punto de acceso al Pacífico, dejándola, hasta hoy, como un país sin salida al mar. Pero, como se mencionó anteriormente, es la brutalidad chilena la que juega en esta historia – sería Ricardo Palma quien tendría que limpiar después del saqueo de la Biblioteca Nacional en Lima.
Al rincón quita calzónRicardo Palma Soriano
Las Tradiciones Peruanas de Ricardo Palma constituyen una de las obras más leídas en el ámbito de la literatura en lengua española. Fueron producidas a lo largo de casi siete décadas, entre los siglos XIX y XX, ofreciendo una interpretación analítica del proceso constructivo de la nacionalidad peruana, por uno de los escritores más incisivamente críticos del Perú de la época. Palma destaca por la creación del género literario Tradición, una combinación de ficción e historia que constituye una especie de anécdota histórica. Sus obras sobre el Perú colonial y republicano se publicaron en una serie de…mehr
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Según la cuenta oficial, Manuel Ricardo Palma y Carrillo nació el 7 de febrero de 1833 en Lima, inscrito como hijo de Pedro Ramón Palma y Guillerma Carrillo y Pardos, posiblemente su abuela. El 6 de abril de 1837, su padre se casó con Dominga Soriano y Carrillo, hija de Guillerma. Sin embargo, las pruebas documentales muestran muchas contradicciones que fueron señaladas por Monseñor Salvador Herrera Pinto quien basándose en tradiciones orales recogidas y testimonios escritos dirigidos a él (un obispo católico) concluye que Ricardo Palma nació en el pueblo de Talavera, provincia de Andahuaylas, Región Apurímac.
Su familia vivía en Lima tras emigrar de la provincia. Su madre era una mestiza con raíces africanas. Sus padres se separaron cuando él era aún joven. Se educó en un colegio jesuita y asistió a la Universidad de San Carlos de forma irregular. Suspendió sus estudios para realizar un servicio voluntario en la marina peruana durante seis años.
Desde muy joven incursionó en la política como miembro del bando liberal. En 1860 se cree que participó en un complot fallido contra el presidente Ramón Castilla, lo que le llevó a exiliarse a Chile, de donde regresó en octubre de 1862. Realizó un viaje a Europa en 1864-1865 y a su regreso a Lima en 1865 volvió a involucrarse en asuntos políticos y en el servicio público hasta 1876. Ocupó los cargos de Cónsul del Perú en Pará, Brasil, Senador por el Loreto y funcionario en el Ministerio de Guerra y Marina.