¿Qué hacían las mujeres de Atenas?

¿Qué hacían las mujeres de Atenas?

Los derechos de la mujer en Atenas y Esparta

Resumen del tema La estela funeraria de Hegeso (c.410-400 a.C.) es uno de los mejores ejemplos que se conservan de estelas funerarias áticas. A partir del año 450, los monumentos funerarios atenienses representaron cada vez más a las mujeres a medida que aumentaba su importancia cívica[1].

El estudio de la vida de las mujeres en la Atenas clásica ha sido una parte importante de la erudición clásica desde la década de 1970. El conocimiento de la vida de las mujeres atenienses procede de diversas fuentes antiguas. Gran parte de ellas son pruebas literarias, principalmente de la tragedia, la comedia y la oratoria; complementadas con fuentes arqueológicas como la epigrafía y la cerámica. Todas estas fuentes fueron creadas por -y en su mayoría para- los hombres: no se conservan testimonios antiguos de mujeres atenienses clásicas sobre sus propias vidas.

Las niñas de la Atenas clásica no recibían una educación formal, sino que sus madres les enseñaban los conocimientos necesarios para llevar la casa. Se casaban jóvenes, a menudo con hombres mucho mayores. Cuando se casaban, las mujeres atenienses tenían dos funciones principales: dar a luz y llevar la casa. La mujer ateniense ideal no salía en público ni se relacionaba con hombres con los que no estuviera emparentada, aunque esta ideología de reclusión sólo habría sido práctica en las familias ricas. En la mayoría de los hogares, las mujeres debían realizar tareas como ir al mercado y sacar agua, lo que requería dedicar tiempo fuera de la casa donde era posible interactuar con los hombres.

Historia de Esparta

Atenas y Esparta fueron dos de las mayores ciudades-estado de la antigua Grecia. Sus estilos de vida y su cultura no podían ser más diferentes entre sí. Esparta era un estado militar y estaba muy orgullosa de su fuerza en la batalla. Mientras que la cultura de Atenas era la del arte, la filosofía y la democracia. Los hombres no sólo vivían completamente separados unos de otros, sino que sus mujeres también lo hacían. Atenas y Esparta trataban a sus mujeres de forma diferente. ¿Cuál de estas dos ciudades-estado daba a las mujeres que vivían en ellas una vida mejor? ¿Era mejor ser mujer en Atenas o en Esparta? Este artículo muestra cómo las mujeres de Esparta tenían una vida mejor que las de Atenas.

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Las mujeres atenienses no eran mejores que las esclavas de los hombres que las rodeaban. No se les permitía hablar o incluso ser vistas en público. Vivían la mayor parte de su vida dentro de sus hogares preparando las comidas y atendiendo la casa. Sólo podían salir a la calle si estaban supervisadas por un hombre. La educación era rara para ellas. Sólo unas pocas tenían algún tipo de educación e incluso ésta se les enseñaba desde el interior de sus casas.

La democracia ateniense

Las mujeres de la antigua Grecia vivían dentro de un conjunto de roles bastante limitado y definido. Por regla general, se esperaba que las mujeres se casaran (en la sociedad griega había muy pocas disposiciones para las mujeres solteras), tuvieran hijos y mantuvieran el hogar.

Poetas como Safo de Lesbos, filósofas como Arete de Cirene, líderes como Gorgo de Esparta y Aspasia de Atenas y médicas como Agnodice de Atenas trascendieron las limitaciones de la sociedad griega para la mayoría de las mujeres.

Sin embargo, una cosa era cierta: fuera de raras excepciones, las mujeres no podían votar, poseer tierras o heredarlas, recibían una educación inferior a la de los hombres y dependían en gran medida de ellos para su bienestar material.

A la hora de entender a las mujeres de la antigua Grecia, lo irónico es que gran parte de la información que tenemos sobre sus vidas es a través de los ojos y los escritos de los hombres. Incluso las mujeres de las que se habla en la mitología y las leyendas griegas fueron escritas por autores como Homero y Eurípides.

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Hay algunas distinciones que vale la pena destacar al abordar el tema. La primera es que había una marcada diferencia entre el tratamiento de las mujeres en las distintas ciudades-estado griegas. Muchas fuentes de la época proceden de Atenas, donde las mujeres no gozaban de tantos privilegios como sus hermanas de Esparta.

La antigua Atenas

Este artículo fue escrito originalmente para la serie de debates en línea “El derecho ateniense en su contexto democrático”, organizada por Adriaan Lanni y patrocinada por el Centro de Estudios Helénicos de la Universidad de Harvard.

La segunda gran implicación de la ley de homicidio de Drakon fue el reconocimiento de la santidad de la familia y de la vida familiar. Por muy poderosa o influyente que fuera una persona, no tenía derecho a entrar en la casa de alguien y seducir o forzar a las mujeres bajo la autoridad de este hombre, ya que la ley proporcionaba el elemento disuasorio más eficaz: la autoayuda. El hombre agraviado no necesitaría buscar justicia en otra parte; podría vengar su honor herido allí mismo. Así pues, parece que desde los primeros tiempos el Estado ateniense se comprometió firmemente a proteger a la familia y a todos los individuos que la componían. La razón principal de ello fue probablemente el hecho de que el Estado tenía intereses creados en la continuidad de la estirpe ciudadana y el mantenimiento de los valores tradicionales, y veía a la familia como la guardiana de estos importantes asuntos.