Costumbres de santiago
Fiesta de la cosecha
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La cultura de Chile refleja la población y el aislamiento geográfico del país en relación con el resto de Sudamérica. Desde la época colonial, la cultura chilena ha sido una mezcla de elementos coloniales españoles con elementos de la cultura indígena (principalmente mapuche), así como de otras culturas inmigrantes.
Los huasos de la zona central de Chile y su música y bailes autóctonos o folclóricos son fundamentales para la cultura popular chilena. Aunque las tradiciones folclóricas de Chile central son fundamentales para la identidad cultural y nacional chilena, Chile es un país geográfica y culturalmente diverso, ya que tanto el norte como el sur tienen su propia música y baile folclórico debido a los diferentes pueblos indígenas y a los distintos grupos de inmigrantes que se han asentado allí. Además, mientras que algunas regiones de Chile tienen una herencia indígena muy fuerte, como la Región de la Araucanía, la Isla de Pascua y la Región de Arica y Parinacota, otras regiones carecen de comunidades indígenas considerables y algunas otras regiones tienen una notable herencia de inmigrantes europeos no españoles.
Tradiciones de muerte en chile
La tradición chilena más popular son las Fiestas Patrias, que se celebran el 18 y 19 de septiembre para conmemorar la Primera Asamblea de Gobierno de 1810. En sus fiestas de fonda y ramada se ofrece comida tradicional, como empanadas, chicha (un licor fermentado) y vino tinto, y bailes como la cueca y la cumbia. Se izan banderas, se elevan cometas y se celebran carreras de caballos al estilo chileno.
El rodeo chileno es una costumbre tradicional y un deporte nacional. Los jinetes se ponen a prueba al intentar enlazar novillos en un campo con forma de media luna llamado “medialuna”. Las estrellas del espectáculo son los huasos, con su vestimenta tradicional (sombrero, poncho, pañuelo y espuelas). Ellos dan vida al campeonato de rodeo más importante del país, el Champion de Chile, que se celebra en la Medialuna rural de Rancagua.
Chile es un país vinícola por excelencia, y la vendimia se celebra en la región central durante las primeras semanas de marzo. Los festejos en la ciudad de Curicó son los más antiguos y comienzan con una ceremonia de bendición de los primeros mostos que da paso a un desfile con carrozas y concursos de pisadas de uva. Cerca de Santiago, el Valle de Colchagua (en Santa Cruz) y el Valle del Maipo (en Pirque) ofrecen coloridas y animadas fiestas de la vendimia.
Fiestas patrias
Aislada y accidentada, la larga y estrecha franja de tierra conocida como Chile tiene una cultura y una identidad chilenas distintas del resto de la región. Comparte algunas similitudes con sus vecinos latinoamericanos, como Argentina y Bolivia. Sin embargo, la colonización española, la migración europea y las culturas indígenas se han mezclado, dando como resultado una cultura, una lengua y un modo de vida que son exclusivamente chilenos.
Se cree que el nombre “Chile” deriva de la palabra nativa aymará que significa “La tierra donde termina la tierra”. Y el país, en muchos sentidos, hace honor a su nombre. Las barreras geográficas crean una fuerte división entre Chile y el resto de América Latina. La escarpada costa del océano Pacífico constituye la frontera occidental de Chile, mientras que las cumbres de la cordillera de los Andes dividen dramáticamente a Chile de sus vecinos Argentina y Bolivia. Las tierras escarpadas, el clima frío y la sensación de aislamiento contribuyen a un fuerte sentimiento de identidad nacional chilena. Como resultado, Chile es una sociedad más europea y más homogénea que la mayoría de los países de la región.
Festival tapati
La suma de las dos principales ramas adherentes al cristianismo (católicos y protestantes) disminuyó de un 84% en 2006 a un 63% en 2019.[4] Según también la Encuesta Nacional Bicentenario (2019), se estima que un 45% de los chilenos declara ser parte de la iglesia católica y un 18% de iglesias protestantes o evangélicas, un 5% de la población adhiere a otra religión, y un 76% de los chilenos afirma creer en la existencia de Dios, disminuyendo desde un 94% en 2006.[4][5]
A partir de 2020, alrededor del 36% de la población se declara sin afiliación religiosa[1] Según una encuesta de 2017 de Latinobarometro, el país tiene la segunda tasa más alta de personas sin afiliación en América Latina (sólo después de Uruguay)[6] Este número ha aumentado firmemente en las últimas décadas, duplicándose desde el 12% registrado en 2006[5].
A pesar de que Chile ha sido identificado en el pasado como un país conservador en comparación con otras sociedades latinoamericanas, el papel de la religión ha disminuido y ahora es uno de los que menos influencia religiosa tiene en la región. Sólo el 27% de los chilenos dice que la religión es muy importante en sus vidas, según un informe del Pew Research Center de 2015,[7] y menos de un tercio de la población participa normalmente en ceremonias religiosas (38% de los protestantes y 11% de los católicos). A menudo se considera que Chile es una sociedad católica poco observante, diferenciándose de las sociedades más observantes de América Latina, como México y Brasil[8].