¿Cuáles son las 4 vírgenes?

¿Cuáles son las 4 vírgenes?

Parábolas de Jesús: La parábola de las diez vírgenes

En estos últimos días, el Señor ha dicho: “Sed fieles, orando siempre, teniendo vuestras lámparas recortadas y encendidas, y aceite con vosotras, para que estéis preparadas a la venida del Esposo” (D. y C. 33:17). Este consejo se refiere a la parábola de las diez vírgenes, que ilustra cómo debemos prepararnos para la Segunda Venida de Cristo (véase Mateo 25:1-13). He aquí algunas explicaciones que pueden ayudarle al estudiar esta parábola y reflexionar sobre su significado.

Era costumbre entre los judíos que el novio llegara de noche a la casa de la novia, donde la atendían sus damas de honor. Cuando se anunciaba la llegada del novio, estas doncellas salían con lámparas para iluminar su camino hacia la casa para la celebración.

En esta parábola las vírgenes representan a los miembros de la Iglesia, y el novio representa a Cristo. El Señor explicó a José Smith que las vírgenes prudentes son aquellas que “han recibido la verdad, y han tomado al Espíritu Santo por guía, y no han sido engañadas” (D. y C. 45:57).

En la Biblia, la imagen de una boda se utiliza para representar la venida del Señor (véase Isaías 62:5; Mateo 22:1-14). Las bodas judías incluían el anuncio de la llegada del novio a la casa de la novia. Las bodas solían empezar por la tarde, con las lámparas encendidas al anochecer. Así que la medianoche era más tarde de lo que las diez vírgenes habrían esperado al novio, y el anuncio llegó de repente.

Las vírgenes sabias y las insensatas por W.F. Kumuyi

Al analizar la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25:1-13), debemos reconocer de antemano que se ha debatido mucho sobre el significado de estas palabras de nuestro Salvador. Al menos un aspecto de esta parábola se puede conocer con absoluta certeza. El novio es Jesucristo, y esta parábola describe su regreso. En el Antiguo Testamento (Isaías 54:4-6; 62:4-5; Oseas 2:19), Dios se presenta como el “esposo” de Israel, y en el Nuevo Testamento (Juan 3:27-30; Mateo 9:15; Marcos 2:19-20), Cristo se presenta como el esposo de la Iglesia. La Iglesia se describe en las Escrituras como la esposa de Cristo (Efesios 5:25-32).

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El escenario histórico también puede conocerse con bastante certeza. Al describir una boda judía del primer siglo, D.A. Carson en el Expositor’s Bible Commentary describe el escenario de esta manera: “Normalmente el novio con algunos amigos cercanos salía de su casa para ir a la de la novia, donde había varias ceremonias, seguidas de una procesión por las calles -después del anochecer- hasta su casa. Las diez vírgenes pueden ser las damas de honor que han asistido a la novia; y esperan encontrarse con el novio cuando éste sale de la casa de la novia… Se esperaba que todos los integrantes de la procesión llevaran su propia antorcha. Los que no llevaban antorcha eran considerados como intrusos en la fiesta o incluso bandidos. Los festejos, que podían durar varios días, se iniciaban formalmente en la casa del novio”. La antorcha era una lámpara con un pequeño depósito de aceite y una mecha, o bien un palo con un trapo empapado en aceite en el extremo, que debía ser remojado de vez en cuando para mantener la llama.

Cristianismo Activo

En estos últimos días, el Señor ha dicho: “Sed fieles, orando siempre, teniendo vuestras lámparas recortadas y encendidas, y aceite con vosotros, para que estéis preparados a la venida del Esposo” (D. y C. 33:17). Este consejo se refiere a la parábola de las diez vírgenes, que ilustra cómo debemos prepararnos para la Segunda Venida de Cristo (véase Mateo 25:1-13). He aquí algunas explicaciones que pueden ayudarle al estudiar esta parábola y reflexionar sobre su significado.

Era costumbre entre los judíos que el novio llegara de noche a la casa de la novia, donde la atendían sus damas de honor. Cuando se anunciaba la llegada del novio, estas doncellas salían con lámparas para iluminar su camino hacia la casa para la celebración.

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En esta parábola las vírgenes representan a los miembros de la Iglesia, y el novio representa a Cristo. El Señor explicó a José Smith que las vírgenes prudentes son aquellas que “han recibido la verdad, y han tomado al Espíritu Santo por guía, y no han sido engañadas” (D. y C. 45:57).

En la Biblia, la imagen de una boda se utiliza para representar la venida del Señor (véase Isaías 62:5; Mateo 22:1-14). Las bodas judías incluían el anuncio de la llegada del novio a la casa de la novia. Las bodas solían empezar por la tarde, con las lámparas encendidas al anochecer. Así que la medianoche era más tarde de lo que las diez vírgenes habrían esperado al novio, y el anuncio llegó de repente.

Amir Tsarfati: La parábola de las diez vírgenes

Se puede concluir que las diez vírgenes representan a las personas que tienen fe en Jesucristo y se les ha enseñado Su evangelio y conocen los mandamientos por los que deben vivir, y no son el rango del mundo. Las vírgenes prudentes y necias, todas ellas, habían sido invitadas a la cena de las bodas; tenían conocimiento de la importancia de la ocasión. No eran paganas o paganas ni tenían fama de corruptas o perdidas, sino que eran personas informadas del evangelio de Jesucristo. Conocían el camino, pero estaban tontamente desprevenidos para la venida del novio (el Salvador). Todos, incluso los insensatos, recortaron sus lámparas ante su venida, pero su aceite se agotó. En el momento más necesitado no había ninguno disponible para rellenar sus lámparas.

Hoy, miles de nosotros nos encontramos en una situación similar. Por falta de paciencia y confianza, la preparación ha cesado. Otros se han dormido en la complacencia con la racionalización de que la medianoche nunca llegará. La responsabilidad de tener aceite en nuestras lámparas personales es un requisito y una oportunidad individual. El aceite de la preparación espiritual no se puede compartir.

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