Carnaval de Río
La ciudad de Oruro, situada a 3.700 metros de altitud en las montañas del oeste de Bolivia y que fue un lugar ceremonial precolombino, fue una importante zona minera en los siglos XIX y XX. Reasentada por los españoles en 1606, siguió siendo un lugar sagrado para los uru, que solían recorrer largas distancias para realizar sus rituales, especialmente para la principal fiesta de Ito. Los españoles prohibieron estas ceremonias en el siglo XVII, pero continuaron bajo la apariencia de liturgia cristiana: los dioses andinos se ocultaron tras los iconos cristianos y las divinidades andinas se convirtieron en los santos. La fiesta de Ito se transformó en un ritual cristiano, celebrado en la Candelaria (2 de febrero). La tradicional llama o diablada en culto al dios Uru Tiw se convirtió en la danza principal del Carnaval de Oruro.
El Carnaval, que se celebra cada año, dura diez días y da lugar a una panoplia de artes populares expresadas en máscaras, tejidos y bordados. El acto principal del Carnaval es la procesión o entrada. Durante la ceremonia, los bailarines recorren los cuatro kilómetros del itinerario de la procesión y repiten el recorrido durante veinte horas completas sin interrupción. Más de 28.000 bailarines y 10.000 músicos organizados en unas 50 agrupaciones participan en la procesión, que aún muestra muchos rasgos que se remontan a los juegos de misterio medievales.
Carnaval de oruro 2022
Hace una semana el Carnaval de Oruro Bolivia, llegó a su fin. El carnaval, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, se celebra durante diez días en torno al Miércoles de Ceniza. Personas de toda Bolivia y de otros países se reúnen en las calles de Oruro para el carnaval anual, una de las tradiciones culturales más celebradas y antiguas de América Latina. Este acontecimiento, que tiene unos 2.000 años de antigüedad, cuenta con decenas de miles de bailarines con trajes y máscaras espectacularmente detallados y coloridos, acompañados por enormes bandas. Es una dramática fusión de música, danzas y rituales indígenas combinados con tradiciones eurocristianas.
El Carnaval de Oruro representa algo más que una animada celebración, es el símbolo del sincretismo entre los ideales católicos impartidos por la expansión colonial y los milenarios rituales andinos tan arraigados en la región. Tras la llegada de los conquistadores españoles, la celebración autóctona se transformó con la incorporación de un ritual católico centrado en la Virgen de la Candelaria, o en Bolivia en la Virgen del Socavón, que se cree que vela por los trabajadores de las numerosas minas de la región.
Carnaval en el mundo
En Bolivia, Oruro, Santa Cruz, Tarija y La Paz celebran carnavales, pero el de Oruro es el más famoso. Se celebra durante los ocho días que preceden al Miércoles de Ceniza. A diferencia del Carnaval de Río, donde las escolas de samba eligen un tema nuevo cada año, el Carnaval de Oruro comienza siempre con la diablada. La diablada es un ritual centenario que se mantiene inalterado desde la época colonial.
A continuación, aparecen cientos de diablos con disfraces monstruosos. Las pesadas máscaras tienen cuernos, ojos saltones, colmillos y pelo largo, y en contraste con las aterradoras máscaras, los diablos llevan pecheras brillantes, mantones bordados de seda y espuelas de oro. Entre los diablos, grupos de bailarines disfrazados de monos, pumas e insectos hacen cabriolas al son de bandas de música, gaiteros o tamborileros. El ruido es fuerte y frenético.
De entre los bailarines del diablo sale China Supay, la esposa del Diablo, que baila una danza seductora para atraer al Arcángel Miguel. Alrededor de ella bailan los miembros de los sindicatos locales de trabajadores, cada uno de los cuales lleva un pequeño símbolo de sus sindicatos, como picos o palas. Bailarines vestidos de incas con tocados de cóndor y soles y lunas en el pecho bailan junto con bailarines vestidos de esclavos negros importados por los españoles para trabajar en las minas de plata.
Carnaval de Bolivia
Cada año, el sábado anterior al Miércoles de Ceniza, la habitualmente adormecida Oruro cobra vida, acogiendo el mundialmente conocido Carnaval. Este festival único presenta espectaculares danzas folclóricas, extravagantes trajes, hermosa artesanía, música animada y hasta 20 horas de fiesta continua.
El Carnaval de Oruro, una fiesta sin parangón, es la atracción turística más solicitada de Bolivia y atrae a más de 400.000 personas cada año. Aunque la fiesta se celebra en la mayor parte del país, la de Oruro es sin duda la más popular, y ofrece una experiencia memorable para todos los participantes.
Mucho antes de la llegada de los españoles, la antigua ciudad de Uru Uru (nombre prehispánico de Oruro) era un destino religioso para los aymaras y quechuas de los Andes. Los lugareños rendían culto a las deidades andinas, pidiendo protección y dando gracias a la Pachamama. Los Uru también veneraban a sus dioses celebrando el Ito, la fiesta religiosa de la que se cree que procede el Carnaval.
En 1606, los españoles fundaron la actual ciudad de Oruro utilizando la tierra, ya explotada por la población indígena, como base para obtener los ricos minerales de las colinas circundantes. Al mismo tiempo que se les arrebataba la tierra, los lugareños fueron utilizados como mano de obra para los europeos, que invadieron su religión con la introducción del cristianismo.