Cuándo murió juan diego
Tras la temprana muerte de su padre, Juan Diego fue llevado a vivir con su tío. Desde los tres años, fue educado según la religión pagana azteca, pero siempre dio muestras de tener un sentido místico de la vida.
El 9 de diciembre de 1531, Juan Diego tenía prisa por llegar a misa y celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, le detuvo la hermosa visión de una mujer radiante que se presentó, en su lengua materna, como la “siempre perfecta santa María, que tiene el honor de ser la madre del verdadero Dios”.
María le dijo a Juan Diego que era la madre de todos los que vivían en su tierra y le pidió que hiciera una petición al obispo local. Quería que construyeran una capilla en su honor en el cerro del Tepeyac, que era el lugar de un antiguo templo pagano.
Más tarde, ese mismo día, Juan Diego se encontró por segunda vez con la Virgen María y le dijo que no le había concedido su petición. Intentó explicarle que él no era una persona importante, y por lo tanto no era el indicado para la tarea, pero ella en cambio sí era el hombre que quería.
Milagros de curación de Nuestra Señora de Guadalupe
Milagro de las rosas – Nuestra Señora de GuadalupeComo había prometido, la Santísima María le dio a Juan Diego una señal para que se la llevara al obispo. Ella le indicó que fuera a la cima de la colina y que cortara todas las rosas que encontrara floreciendo y las colocara en su manto. Juan Diego hizo caso a la Virgen, pero dudaba de encontrar rosas porque la zona era rocosa y nunca producía vegetación. Para su sorpresa, Juan Diego encontró una abundante colección de rosas fragantes cuando llegó a la cima. Las recogió en su manto (tilma) y se las llevó a María. Ella las acomodó en su tilma y le indicó que las llevara al obispo como la señal que había pedido. Juan Diego viajó con cuidado con las rosas y, cuando se presentó ante el obispo, abrió su tilma y soltó las numerosas rosas. El obispo se quedó asombrado, no por las rosas, sino porque ante él apareció una colorida imagen de la Virgen en la tela de la capa de Juan Diego. Era la imagen exacta de la Santísima María que Juan Diego encontró en el cerro del Tepeyac. Tanto el obispo como Juan Diego quedaron asombrados ante este milagro. Con gran reverencia y profunda fe, el obispo finalmente creyó que la mujer era la Santísima María.
Capa de Juan diego
Patrón-<p>San Juan Diego fue un indígena mexicano del siglo XV, que vio una aparición mariana en 1531, ahora conocida como Nuestra Señora de Guadalupe. La aparición ha tenido un impacto significativo en la difusión de la fe católica dentro de México. Fue canonizado en 2002 como el primer santo indígena americano de la Iglesia. <p>
<p>Juan Diego nació en 1474, en el Calpulli de Tlayacac en Cuautitlán, un pequeño pueblo a 12 millas al norte de la Ciudad de México. Su nombre de nacimiento era Juan Cuauhtlatoatzin, que se traduce como “Águila Parlante” en la lengua náhuatl. Fue agricultor, terrateniente y tejedor de esteras, y fue testigo de la conquista española de México, por Herman Cortés en 1521. Después de la invasión, en 1524, llegaron los primeros 12 misioneros franciscanos a la actual Ciudad de México. Juan Diego y su esposa acogieron a los franciscanos y fueron de los primeros en ser bautizados, él tomó el nombre de Juan Diego y su esposa el de María Lucía.
Nuestra Señora de Guadalupe
Juan Diego Cuauhtlatoatzin,[a] también conocido como Juan Diego (pronunciación española: [ˌxwanˈdjeɣo]; 1474-1548), fue un campesino chichimeca y visionario mariano. Se dice que se le concedieron apariciones de la Virgen María en cuatro ocasiones en diciembre de 1531: tres en el cerro del Tepeyac y una cuarta ante don Juan de Zumárraga, entonces obispo de México. La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, situada al pie del Tepeyac, alberga el manto (tilmahtli) que tradicionalmente se dice que fue de Juan Diego, y en el que se dice que se imprimió milagrosamente la imagen de la Virgen como prueba de la autenticidad de las apariciones.
Las visiones de Juan Diego y la impartición de la imagen milagrosa, tal como se relata en fuentes coloniales orales y escritas como la Huei tlamahuiçoltica , se conocen conjuntamente como el acontecimiento guadalupano, y son la base de la veneración de Nuestra Señora de Guadalupe. Esta veneración es omnipresente en México, prevalece en toda América de habla hispana y se extiende cada vez más fuera de ella[b]. Como resultado, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe es ahora uno de los principales destinos de peregrinación cristiana del mundo, recibiendo 22 millones de visitantes en 2010[4][c].