¿Quién es el dios supremo de los incas?

El imperio inca

Inti es el antiguo dios inca del sol. Es venerado como el patrón nacional del estado inca. Aunque la mayoría considera a Inti como el dios del sol, es más apropiado considerarlo como un conjunto de aspectos solares, ya que los incas dividían su identidad según las etapas del sol[1] Adorado como deidad patrona del Imperio Inca,[2] Pachacuti suele estar vinculado al origen y expansión del culto al sol incaico[3][4] La creencia más común era que Inti había nacido de Viracocha, que tenía muchos títulos, el principal de ellos el de Dios de la Creación[5].

La palabra inti no es de origen quechua, sino un préstamo de Puquina[6]. El préstamo de Puquina explica que lenguas históricamente no relacionadas como el quechua, el aymara y el mapuche tengan palabras similares para referirse al Sol[6][7]. Las similitudes no son sólo lingüísticas, sino también simbólicas, ya que en la cosmología mapuche y centroandina el Sol (Inti/Antu) y la Luna (Quilla/Cuyen) son esposos[8].

Inti y su hermana, Mama Quilla, la diosa de la Luna, eran generalmente considerados deidades benévolas. También se casó con su hermana mayor, Mama Killa. Ella concibió y le dio dos hijos. Su corte es atendida por el Arco Iris, las Pléyades, Venus y otros. Se cree que Manco Cápac, el ancestro inca fundador, era hijo de Inti. Según el mito, Inti enseñó a Manco Cápac y a su hija Mama Ocllo las artes de la civilización. Sin embargo, otra leyenda identifica a Manco Cápac como hijo de Viracocha. En otro mito, Inti es hijo de la diosa de la Tierra Pachamama y del dios del cielo. Inti también se convierte en el segundo marido de Pachamama[cita requerida].

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Cultura incaica

Viracocha es la gran deidad creadora de la mitología preincaica e incaica en la región de los Andes de Sudamérica. Su nombre completo y algunas alternativas ortográficas son Wiracocha,[1] Apu Qun Tiqsi Wiraqutra[cita requerida], y Con-Tici[2] (también deletreado Kon-Tiki, fuente del nombre de la balsa de Thor Heyerdahl). Viracocha era una de las deidades más importantes del panteón incaico y se consideraba el creador de todas las cosas, o la sustancia de la que se crean todas las cosas, y estaba íntimamente asociado al mar[3].

Viracocha creó el universo, el sol, la luna y las estrellas, el tiempo (al ordenar al sol que se moviera sobre el cielo)[4] y la propia civilización. Viracocha era adorado como dios del sol y de las tormentas. Se le representaba llevando el sol como corona, con rayos en las manos y lágrimas que descendían de sus ojos en forma de lluvia. De acuerdo con la cosmogonía incaica, Viracocha puede asimilarse a Saturno, el “dios viejo”, el hacedor del tiempo o “deus faber” (dios hacedor), correspondiente al planeta visible con la revolución más larga alrededor del sol[5].

Religión incaica

Considerado el dios creador supremo de los incas, Viracocha (también conocido como Huiracocha, Wiraqocha y Wiro Qocha), era venerado como el dios patriarca en el Perú preincaico y en el panteísmo incaico. Su nombre era tan sagrado que rara vez se pronunciaba en voz alta, sino que se sustituía por otros, como Ilya (luz), Ticci (comienzo) y Wiraqocha Pacayacaciq (instructor).

Esta reverencia es similar a la de otras tradiciones religiosas, incluido el judaísmo, en el que el nombre de Dios rara vez se pronuncia, y en su lugar se sustituye por palabras como Adonai, Hashem o Yahvé. Viracocha forma parte del rico linaje y cosmología multicultural y multirreligiosa de los dioses de los mitos de la creación, desde Alá hasta Pangu, pasando por Shiva. Una breve muestra de los textos de los mitos de la creación revela una similitud:

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“En el principio, Dios creó los cielos y la Tierra. La Tierra estaba sin forma y vacía, las tinieblas cubrían la superficie del abismo y el Espíritu de Dios se cernía sobre las aguas”. (Génesis 1:1)

“Cuando el cielo y la Tierra comenzaron, tres deidades llegaron a existir, El Espíritu Maestro del Centro del Cielo, El Espíritu Productor de Maravillas de Agosto, y el Ancestro Productor de Maravillas Divinas. Estos tres eran invisibles. La Tierra era entonces joven, y la tierra flotaba como el aceite, y de ella brotaban retoños de caña”. (Kojiki, el “Registro de cosas antiguas” japonés)

Los incas

Los dioses incas y sus atributos se reconocen por la representación del entorno natural y cósmico que conformaba el panteón religioso del antiguo imperio inca, una civilización sudamericana ubicada en la cordillera de los Andes.

Los rasgos culturales más destacados de la mitología incaica se centraban en la descripción y el culto al mundo natural que les rodeaba, donde cada aspecto y elemento estaba animado por poderosos espíritus y antepasados que trascendían al plano sagrado.

Los dioses incas vivían tanto en el cielo como en la tierra y cada uno de ellos tenía funciones específicas que influían en todos los aspectos de la vida inca. La jerarquía en su panteón estaba determinada por la importancia de cada propósito.

También honraban a deidades con forma de animales, como monos, jaguares y cóndores. Los incas creían que sus dioses tenían patrones de comportamiento humano, especialmente antropomórficos; eran capaces de sentir amor, odio, compasión y más emociones humanas.

Durante sus años de conquista, los incas integraron pueblos cercanos a los territorios de su gran imperio. Esto hizo que la sociedad inca entrara en contacto con diversas creencias religiosas que se amalgamaron dentro de sus propias costumbres.

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