Día de la Independencia en Chile
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Según el Enlace Internacional Mapuche, We Tripantu es “participar junto a la naturaleza en la renovación y emergencia de nuestras vidas. Los seres humanos, como componentes de la naturaleza, hacen suya esta ceremonia de renovación de la vida y de su familia”.
Los niños también juegan al awar kuden, un juego tradicional, realizado con habas, mientras cantan una canción para la buena suerte. Quien gana el juego, se queda con un objeto del perdedor. Los niños suelen ofrecer sus juguetes.
A primera hora de la mañana, la gente se baña en los ríos o arroyos, para “recibir el agua que les permitirá purificar su cuerpo y su espíritu”, según la Nación Mapuche. El agua aleja los malos espíritus, las enfermedades y los malos pensamientos. Luego vuelven a sus rucas antes de que salga el sol.
Mapuche
La astrología y la astronomía fueron disciplinas muy importantes que el pueblo mapuche, al igual que todos los pueblos originarios del continente, utilizó como medio para desarrollar y fomentar el conocimiento. Lograron interpretar los movimientos del sol, del resto de los astros y de los planetas a través de análisis y estudios. También comprendieron los cambios producidos en la naturaleza e incluso en las personas como consecuencia de esos movimientos.
Así, fueron capaces de definir con precisión el comienzo y el final del Año Nuevo. La naturaleza y la Tierra tienen una lógica basada en la evolución y su comprensión lleva a determinar el inicio y el cierre de cada etapa.
En nuestro hemisferio, la llegada del invierno tiene lugar el 21 de junio y coincide con el solsticio de invierno. Este es el punto del calendario en el que la Tierra se inclina a su mayor distancia del sol. Es el día más corto del año y la noche más larga. Para los mapuches, este fenómeno natural marca el final del periodo de cosecha y el comienzo de una nueva temporada de siembra.
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Este 21 de junio no sólo marca el inicio del invierno, ya que este día y hasta el 24 de junio diferentes comunidades indígenas de nuestro país llevarán a cabo sus celebraciones del Año Nuevo Indígena, que ocurre al mismo tiempo que el Solsticio de Invierno. Esta fecha representa el regreso del Sol a la Tierra. Con el regreso de la luz, las noches serán más cortas y los días más largos durante los próximos seis meses.
Para las comunidades indígenas, los solsticios y equinoccios siempre han tenido un papel importante, ya que a partir del comportamiento del Sol podían entender la naturaleza, lo que era muy importante para su agricultura y ganadería. Es un periodo considerado como un nuevo comienzo; la cosecha ha terminado y ahora la tierra se prepara para la temporada de siembra. Empiezan a aparecer los brotes, los animales cambian su pelaje y los ríos crecen por la lluvia y el deshielo.
Varias comunidades comienzan sus rituales de Año Nuevo agradeciendo a la Madre Tierra y al Padre Sol, pidiendo un año productivo y de plena prosperidad para su ganado y sus cosechas. Los aymaras celebran el “Machaq Mara” o división del año. Durante esta celebración, se ofrecen regalos a la Madre Tierra o Pachamama para restablecer la armonía y agradecerle su generosidad. Todo esto se hace en un espíritu de comunidad, junto con danzas, música y comida tradicional.
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El 24 de junio marcará el solsticio de invierno, lo que en Chile significa que el día más corto del invierno está sobre nosotros. A partir de aquí, los días sólo pueden ser más luminosos, algo que no se le escapa a una de las comunidades indígenas más dominantes de Chile, el pueblo mapuche. El solsticio de invierno coincide con la celebración del We Tripantu, donde las comunidades mapuches de todo Chile dan la bienvenida al nacimiento del nuevo sol. A continuación, le mostramos cómo se desarrollan las celebraciones y dónde puede vivir el We Tripantu.
Para el pueblo indígena mapuche de Chile, el We Tripantu es una especie de celebración del Año Nuevo. La llegada del día más corto y de la noche más larga simboliza el fin de la cosecha del año anterior y el comienzo del nuevo ciclo de siembra. Según la visión mapuche del mundo, el nuevo sol nace en invierno y comienza a crecer a lo largo de la primavera, antes de alcanzar la plenitud de su vida en pleno verano y volver a apagarse al acercarse el otoño. De ahí la importancia del solsticio de invierno, que marca el momento del renacimiento del sol.