¿Cómo era el aseo personal en la Edad Media?

¿Cómo era el aseo personal en la Edad Media?

Enfermedades edad media

Tras el colapso del Imperio Romano y el cisma entre Occidente y Oriente, la invasión de pueblos bárbaros y el cambio de gentes en Europa provocado por la Gran Migración, la antaño considerada edad de oro del progreso, la estabilidad y el poderío se fue al traste. La salud y la higiene sufrieron quizás los golpes más duros, ya que los acueductos que proporcionaban aguas limpias a las ciudades fueron destruidos o se rompieron irremediablemente al morir los que sabían mantenerlos. Las casas de baños que proporcionaban el descanso y la relajación del agua caliente y las habitaciones al vapor o bien se habían contaminado más allá de la posibilidad de ser limpiadas o bien fueron reclamadas y utilizadas por la nobleza y la casta religiosa.

La higiene medieval no es tan lúgubre como nos quieren hacer creer las películas y los cuasi-documentales. Aunque Europa sufría mucho por la falta de salud e higiene, ésta se convirtió en una preocupación primordial de muchos grupos tras los brotes de peste y otras enfermedades virulentas que asolaban a las poblaciones. Les faltaba sofisticación, pero este cambio de enfoque sin duda ayudó a la recuperación de la población después de la devastación que había sufrido anteriormente.

Higiene Edad Media

Los piojos, o “gusanos con patas”, eran una causa común de preocupación en la Edad Media. De “La Hagadá de Oro” (c1320 CE), España. Manuscrito cedido por los fideicomisarios de la British LibraryiParásitos medievalesLa gente de la Edad Media cuidaba mucho la limpieza, excepto el clero, que aceptaba la suciedad como signo de devociónby Katherine Harvey + BIOLos piojos, o “gusanos con patas”, eran una causa común de preocupación en la Edad Media. De la “Hagadá de Oro” (c1320), España. Manuscrito cedido por el Patronato de la Biblioteca BritánicaEn la película Monty Python y el Santo Grial (1975), dos personajes menores descubren al Rey Arturo. Saben quién es porque, como señala uno de ellos Tiene que ser un rey… no tiene mierda por todas partes como el resto de nosotros”. La escena resume una creencia duradera sobre la Edad Media: los medievales eran sucios. Algunos habrán oído la famosa (pero probablemente apócrifa) declaración de Isabel I de que se bañaba una vez al mes, lo necesitara o no. En una época en la que sólo los más ricos disfrutaban de agua corriente en sus casas, muy pocos europeos tenían los recursos necesarios para cumplir las normas de higiene del siglo XXI, aunque quisieran.

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Enfermedad lateral edad media

En el mundo contemporáneo, el significado y las asociaciones del vello facial son evidentes, pero no por ello menos complejos. Aunque los años posteriores a c.2010 han visto un inesperado retorno de la barba a la moda occidental, a principios de 2015 había comenzado una especie de reacción contra esos “hipsters”. También en el contexto del islamismo radical, no hay que pasar por alto las percepciones orientalistas de las barbas (Awan y Zempi 2015; Culcasi y Gokmen 2011); el vello facial es una piedra de toque fácil para la “alteración” de los grupos étnicos (véase Pohl 1998; Said 1978).

Además, las actitudes tradicionales sobre la conveniencia de que los hombres en posiciones de poder lleven barba han seguido teniendo fuerza en Occidente; los Estados Unidos no han tenido un presidente con vello facial desde W.H. Taft (1857-1930), mientras que el último Jefe de Estado estadounidense que llevó barba completa fue Benjamin Harrison (1833-1901). En el Reino Unido, la respuesta al reportero Jeremy Paxman que se dejó crecer una fue directa (Marsden 2013). Está tan arraigada la asociación del mundo occidental entre la fiabilidad, la profesionalidad y una barbilla bien afeitada que es fácil pensar que es algo natural, un universal humano. Pero basta con remontarse al siglo XIX para ver que no siempre ha sido así, ni siquiera en Europa y Norteamérica, donde la aparición de la maquinilla de afeitar ofrece un excelente estudio de caso sobre la inextricabilidad del cambio tecnológico y social (Herzig 2015, 119-27).

Baño medieval

Para algunos, esto podría haber sido cierto. Para algunas personas hoy en día, esto sigue siendo cierto. Pero las fuentes medievales demuestran, que podría ser y ha sido diferente para gran parte de la población. Los medievales saben mucho más de lo que pensamos hoy en día.

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Con respecto a todas las recetas que menciono: He cambiado ligeramente algunos de ellos, ya que muchos de ellos hacen su trabajo en su mezcla original, pero en un uso a largo plazo tendrá un impacto en su salud bastante mal. Otras trabajan con 3 ingredientes útiles y un ingrediente absolutamente absurdo, que no contribuye al resultado de ninguna manera y del cual no puedo decir, si está en la receta debido a la copia defectuosa de los textos originales, debido a razones supersticiosas o simplemente porque el autor no tenía idea.

Lo básico a grandes rasgos: El baño no era un hábito diario en la época medieval tardía. Pero lo mismo ocurre con la mayor parte de la sociedad hasta los años 50. Un baño rápido con agua caliente y una esponja o toallita seguía siendo habitual en la época de mi abuela. Los medievales visitaban la casa de baños quizá una o dos veces por semana. En nuestro vídeo “En la casa de baños” y en el artículo de Nikolaus que lo acompaña explicamos un par de cosas sobre las casas de baños vienesas.