Costumbres laborales

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hábitos de trabajo para estudiantes

La respuesta no está en quiénes son, sino en lo que hacen. Tus acciones son las que determinan tu futuro y tus hábitos son las claves de tus acciones. Si quieres que te vaya bien en tu carrera, asegúrate de adoptar estos buenos hábitos.

El primer hábito a desarrollar es la confianza. La mayoría de la gente piensa que la confianza es un rasgo que se tiene o no se tiene. Es un gran error. La confianza es un hábito que se desarrolla hasta que se convierte en una segunda naturaleza. Empieza a aumentar tu autoestima hoy mismo y desarrolla más habilidades para construir más confianza.

Tanto si eres un empleado como si diriges un negocio, vale la pena ser cortés con los demás porque nunca sabrás cuándo alguien se convertirá en un contacto o un socio en el futuro. Más vale que empieces a construir tu red desde el principio y a crear conexiones duraderas siendo cortés y humilde.

Este es uno de los peores hábitos tanto de los empleados como de los empresarios: llegar tarde. No sólo pierdes tiempo en tu compromiso, sino que también pierdes el tiempo de la otra persona. Llegar tarde puede hacer que se pierdan muchas oportunidades y te pinta como una persona irresponsable.

ejemplos de buenos hábitos de trabajo

Es una verdad universal que no empezamos a pensar en desarrollar buenos hábitos de trabajo hasta que nos damos cuenta de que los tenemos malos. Y después de leer otra entrevista sobre “Cómo hago las cosas” con un ejecutivo altamente productivo, puede que te preguntes: “¿Qué saben estas personas que yo no sé?”.

El poder de crear hábitos no consiste en cambiarte a ti mismo según lo que crees que debes o no debes hacer. Se trata de trabajar contigo mismo y con los demás para optimizar lo que eres. Los hábitos de trabajo productivos sólo se mantienen cuando la persona que los establece es consciente de sus tendencias naturales.

Gretchen Rubin, autora de los libros Better Than Before (Mejor que antes) y The Happiness Project (El proyecto de la felicidad), sugiere poner la mente y el cuerpo en el lugar adecuado para prosperar, entendiendo que este lugar es diferente para cada persona. “Puede que seas un amante de la abundancia, donde un entorno de trabajo con mucho bullicio y un montón de cosas en las paredes te da energía y estimula tu creatividad”, dice Rubin. “O puede que seas alguien que diga: ‘No, me gusta donde hay superficies desnudas y paredes limpias y hay silencio, y puedo concentrarme de verdad'”.

hábitos de trabajo que ya tengo

A menos que tenga su origen en problemas más profundos, la sensación de no querer ir a trabajar suele ser el resultado de una mala ética laboral. Si lo has experimentado recientemente, eso no te convierte en una mala persona o empleado: una mala ética de trabajo suele llegar de forma subconsciente y es algo sobre lo que tendrás poco control o previsión de su inminente llegada.

Si te sientes aletargado por la mañana, lo último que vas a querer hacer es levantarte de la cama y dirigirte a la oficina. Es mucho más probable que pulse continuamente el botón “snooze” y maldiga el hecho de tener un trabajo.

El letargo puede ser el resultado de no haber dormido lo suficiente y de haber hecho poco ejercicio, por lo que si la sensación que acabamos de describir es algo con lo que estás demasiado familiarizado, es hora de que te pongas en marcha de forma permanente. Y eso no significa dejar de lado todos los caprichos que te hacen feliz, sino hacer ejercicio con regularidad y comer de forma más saludable.

Vivimos en un mundo lleno de distracciones. Las múltiples formas de contenido, las incesantes notificaciones y los dispositivos capaces de conectarnos inmediatamente a Internet están por todas partes y parece imposible apartarse de ellos.

lista de control de los hábitos de trabajo

Los buenos hábitos de trabajo son esenciales para cualquier persona que quiera tener éxito en su trabajo, tanto si se trata de un trabajo extraescolar o de verano como de uno que suponga un paso en la escala profesional. Aumentan la productividad y la satisfacción en el trabajo y ayudan a tener mejores relaciones con el jefe y los compañeros. Hemos preguntado a profesionales y padres experimentados qué buenos hábitos de trabajo les dirían a los jóvenes adultos que deben tener. Estos son sus consejos:

No se gana nada con no ser amable con los demás. Si eres amable, los demás estarán contentos y tendrán buena voluntad hacia ti. Sé especialmente amable con los que parecen más desgraciados. Puede que lo necesiten de verdad y podría tener un efecto positivo en ellos.

Ten cuidado con hablar extensamente de tus problemas personales. Lo que cuentes a tus compañeros puede influir en su percepción -y en la de tu jefe- sobre tu capacidad para hacer tu trabajo y puede convertirte en objeto de cotilleo en el lugar de trabajo.

Si no entiendes cómo hacer algo, o cómo funciona algo, pide aclaraciones. Puede que te sientas tonto preguntando lo que consideras una tontería, pero eso es mucho mejor que cometer un error evitable.

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