Achagua
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Cestas de los indios Warao (Delta del Orinoco, Venezuela) ECO FRIENDLYLa cestería de los nativos Warao de Venezuela que viven a lo largo del río Orinoco es superior a cualquier otra cosa. Las cestas se tejen con técnicas centenarias transmitidas de generación en generación. . Toda la familia contribuye al trabajo de las cestas. El procesamiento de las fibras lleva mucho tiempo y es un trabajo duro. Las hojas se cortan de la palmera Moriche, se secan durante varias semanas, se trituran en finas fibras, se hierven y se secan al sol. Después, con las manos y las piernas, se retuercen las fibras hasta convertirlas en hilos muy finos y, a continuación, se envuelven en un rollo de rama de palma. Esta técnica nos ofrece algunos de los tejidos más fuertes y apretados disponibles siendo algunos de los más finos del mundo hoy en día.Este producto son
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Tribu Warao
Es una lucha diaria entre él, decenas de otros carroñeros y aves de carroña. Entre residuos humeantes, los recolectores buscan metales y ropa para vender. Junto a los buitres, cazan para comer.
El Presidente Hugo Chávez ha defendido a las comunidades indígenas, que representan alrededor del 2% de la población de Venezuela. Antes de tomar el poder en 1998, dijo que pagaría la “deuda histórica” del Estado con los grupos habitualmente marginados, y posteriormente los reconoció en la Constitución.
Los warao son más de 20.000 personas, que suelen vivir en los cursos de agua del delta del Orinoco, una zona escasamente poblada del tamaño de Bélgica. Allí, el río Orinoco se extiende a lo largo de 360 km de la costa atlántica.
De las 80 familias -unas 400 personas- que viven en Cambalache, casi todas son warao. Trabajar con los residuos de la ciudad puede ser fatal. Los camiones de basura han aplastado a varios niños y adultos en los últimos años. Los trabajadores también tienen en cuenta a los ladrones, que llevan a cabo violentos ataques en la zona, sobre todo cuando los recolectores trabajan de noche, iluminados sólo con antorchas.
Lengua warao
El Delta de Amacuro, al este de Venezuela, es uno de los lugares más inhóspitos del mundo. Desde hace 7.000 años los indios Warao han convertido sus 20.000 km² de canales de agua y pantanos en su hogar. Los Warao, como ocurre en otras etnias, consideran que ciertas personas no son ni hombre ni mujer. Los llaman Tida Wena. Históricamente, los Tida Wena han estado bien integrados en la vida de sus tribus, y a menudo han ocupado puestos venerables y de honor dentro de ellas, pero las cosas han cambiado durante los últimos 50 años.Las tribus Warao son extremadamente sensibles a la influencia exterior. Hay un hecho fundamental que está complicando fuertemente su supervivencia: algunas investigaciones independientes indican que un rango entre el 40% y el 80% de la tribu Warao está infectada con el VIH. Por otro lado, los altos niveles de mortalidad infantil son extremos. Uno de cada dos recién nacidos no llega a los tres años. El progreso desenfrenado, la falta de una responsabilidad sexual educativa y reproductiva unida a las peculiaridades de su cosmología, en la que la enfermedad representa a los espíritus malignos, contribuye a la creación de un escenario potencialmente fatal para la tribu warao y a la desaparición de aquellas antiguas tradiciones y conocimientos representados por la existencia de transexuales entre la sociedad warao.
¿Cuál es la vestimenta de los warao? 2021
Había un joven warao con una flecha y un arco al que llamaban “Brazo fuerte”. Nunca fallaba un pájaro cuando apuntaba (…) pero una vez erró su puntería y la flecha se fue, apenas rozando las plumas del pájaro. Allí fue, y el arquero llegó al lugar donde había desaparecido. “¿Dónde ha caído mi flecha?” -se preguntó. Buscó por todas partes pero no pudo encontrarla. De repente vio un pequeño agujero y empezó a cavar. Cavando, traspasó el suelo del cielo. Cuando el agujero estaba completamente abierto, contempló la tierra.* “El arquero brazo fuerte”; mito fundacional de Warao recogido por Johannes Wilbert (1964).
Había un joven Warao con una flecha y un arco al que llamaban “Brazo fuerte”. Nunca fallaba un pájaro cuando apuntaba (…) pero una vez falló su puntería y la flecha se fue, apenas rozando las plumas del pájaro. Allí fue, y el arquero llegó al lugar donde había desaparecido. “¿Dónde ha caído mi flecha?” -se preguntó. Buscó por todas partes pero no pudo encontrarla. De repente vio un pequeño agujero y empezó a cavar. Cavando, traspasó el suelo del cielo. Cuando el agujero estaba completamente abierto, contempló la tierra. * “El arquero brazo fuerte”; mito fundacional de Warao recogido por Johannes Wilbert (1964).