El poder de la Iglesia en la Edad Media
Compartir socialmente ¿Cómo era la vida de las mujeres en la Edad Media? Social Sharing Body Content Aunque las representaciones de la Edad Media suelen girar en torno a los caballeros, los dragones y los cuentos de hadas, las historias de cómo vivía la gente real durante esta tumultuosa época suelen ser aún más fascinantes, especialmente las historias (a menudo no contadas) de las mujeres. Un día en la vida de una mujer medieval podía incluir el trabajo junto a los hombres en el campo, la enseñanza de la lectura a sus hijos o incluso la influencia en la política de la corte, todo ello mientras soportaba las tendencias de la moda y las prácticas de salud e higiene que hoy podríamos considerar cuestionables.
La Edad Media, o periodo medieval, duró desde el siglo V hasta finales del siglo XV, entre la caída del Imperio Romano y el comienzo del Renacimiento. Estuvo marcada por acontecimientos trascendentales, como la construcción de las grandes catedrales, las Cruzadas, la peste bubónica, el auge de las ciudades y las universidades, la ruptura oficial entre la Iglesia Católica Romana y las iglesias ortodoxas orientales conocida como el Gran Cisma, y el florecimiento de las artes, incluida la iluminación de manuscritos. A lo largo de los siglos, las mujeres perseveraron en contra de las restricciones impuestas por su sexo, haciendo contribuciones esenciales en la literatura, la política, la agricultura y la vida familiar.
Edad Media en Inglaterra
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La mayoría no están documentados y apenas se han estudiado, y sus secretos permanecen ocultos. Sin embargo, el tiempo, la contaminación y la dilapidación se están cobrando su precio, y se necesita urgentemente un registro completo de las vidrieras que han sobrevivido, según los historiadores del arte de un proyecto de investigación internacional que pretende hacerlo.
La tarea es ingente, pero gracias a la diligencia del proyecto Corpus Vitrearum, la pintura sobre vidrio puede acabar entrando en el canon del arte medieval junto a la arquitectura, la escultura, los frescos, las pinturas sobre tabla y los manuscritos.
Comprender la obra en su contexto económico y social es la clave de cualquier análisis de la importancia de las imágenes para la vida medieval. Esta tarea se ve dificultada, dice, por el hecho de que muchas vidrieras medievales ya no se encuentran en su entorno original. Han pasado a formar parte de valiosas colecciones privadas, lo que afecta a la forma en que se entienden hoy en día.
La vida en la Edad Media
La fe en la Edad Media era un modo sagrado que incluía ritos, fórmulas y obligaciones que había que seguir; tanto los pensamientos religiosos como ciertos pensamientos seculares (conocimientos) formaban parte de este “contrato” entre las personas individuales y la Iglesia, que actuaba en este caso como intermediaria con Dios. Hasta cierto punto, refleja el sistema feudal que existía entre los campesinos (siervos) y sus señores. La creencia es la confianza que la gente expresaba en la Iglesia y sus enseñanzas. La piedad es la “tierna” devoción de una persona hacia la divinidad.
Las filosofías y religiones antiguas ya hablaban del alma y de su superioridad sobre el cuerpo. Dios era el creador de todas las cosas, incluidos los hombres, y el pueblo le debía todo, en particular el amor y la obediencia. El elemento añadido del cristianismo es que Dios, durante un periodo muy breve, se hizo hombre en la tierra para redimir a una humanidad pecadora. Estos eran los dogmas clave que los creyentes debían aceptar, de lo contrario quedarían fuera de la Iglesia y, como tal, en la Europa medieval, fuera de la sociedad.
Literatura medieval
La Edad Media ocupa un lugar especial en la historia de Europa. Durante este periodo se formó una comunidad cristiana en Europa. En ella se sentaron las bases de las ciencias modernas y de un sistema educativo. En la Edad Media se crearon estados e instituciones nacionales que promovieron el desarrollo de la civilización occidental.
La doctrina del cristianismo occidental se desarrolló en los siglos II y V y se plasmó plenamente en las obras de los cuatro Padres de la Iglesia: los santos Ambrosio (340-397), Agustín (354-430), Jerónimo (342-419/420) y el papa Gregorio I el Grande (540-604).
Uno de los principales tesoros de la Biblioteca Nacional de Rusia es una colección de toda la vida de los escritos de Agustín, creada en la ciudad de Hipona, en el norte de África, donde San Agustín se convirtió en obispo. El libro contiene la primera copia conocida de la principal obra de Agustín “Sobre la doctrina cristiana”.
A principios del siglo V, San Jerónimo completó la obra de su vida: la traducción de la Biblia al latín. El Antiguo Testamento fue traducido por Jerónimo del hebreo, el Nuevo Testamento – del griego. La Iglesia occidental recibió la traducción latina más conocida que, después de un milenio, en el Concilio de Trento de 1546, fue reconocida como traducción estándar de la Iglesia católica, con el nombre de Vulgata (en latín la Biblia Vulgata es “Biblia común”). Desde el siglo VII, casi todos los libros de la Biblia en Europa correspondían a la traducción de Jerónimo. Jerónimo no se limitó a traducir la Sagrada Escritura. Al igual que otros Padres de la Iglesia, escribió comentarios sobre la Biblia, que contribuyeron al desarrollo de la doctrina de la Iglesia católica.