Origen de la solemnidad del corpus christi
Los católicos celebran hoy el día del Corpus Christi, también conocido como la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Anteriormente se llamaba Corpus Domini (?? Cuerpo del Señor ??), es una fiesta de la iglesia católica destinada a celebrar la Eucaristía.
La celebración tiene lugar el jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés (es decir, el Corpus Christi se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección).
Concretamente, el Corpus Christi es el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. En algunos países, esta fiesta se ha trasladado al domingo siguiente para adaptarse al calendario laboral.
En el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la ciudad de Bolsena (Italia), al romperse la hostia consagrada, brotó sangre. [1] Este hecho milagroso, que se repitió y celebró, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi.
Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el Papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc Mundo. Santo Tomás de Aquino se encargó de difundirla con su obra Oficio y Misa del Corpus, además de componer himnos eucarísticos para la fiesta, como el Pange Lingua.
Misa del Corpus Christi
El próximo domingo, 14 de junio, celebramos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, también conocida como Corpus Christi. Nuestras parroquias han estado reabriendo las misas públicas durante las últimas semanas y ahora somos bendecidos con una fiesta que centra nuestra atención aún más en el don de la Eucaristía.
Debido al coronavirus, muchos de nosotros hemos experimentado un prolongado ayuno eucarístico. Esto ha sido realmente un sacrificio. Al mismo tiempo, rezo para que un período tan prolongado de privación pueda dar lugar a una renovada apreciación de este gran don.
En primer lugar, este “ayuno” prolongado debería darnos un sentido de solidaridad con muchos lugares del mundo donde los fieles se ven privados de la Eucaristía debido a su ubicación remota y a su condición de misión. Hace poco hablé con un sacerdote que me contó su trabajo con los misioneros de Maryknoll hace varios años.
Él y otros misioneros iban a pueblos remotos de Bolivia. Afirmó que estas aldeas a menudo pasaban un año entre misas. El trabajo que ofrecían en apoyo de los catequistas y los fieles incluía mostrarles cómo continuar la fe incluso cuando no había misa disponible.
Por qué se conoce a Corpus Christi
¿Qué celebra la solemnidad del Corpus Christi? También conocida como el Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, esta fiesta honra a Jesucristo, real, verdadera y sustancialmente presente bajo las apariencias del pan y el vino. Esta Presencia se produce a través del cambio que la Iglesia llama transubstanciación (“cambio de sustancia”), cuando en la Consagración de la Misa, el sacerdote dice las palabras que el mismo Cristo pronunció sobre el pan y el vino: “Esto es mi Cuerpo”, “Este es el cáliz de mi Sangre”, “Haced esto en memoria mía”.En 2022, la Solemnidad del Corpus Christi se celebra el 16 de junio, pero se traslada al domingo 19 de junio en algunas diócesis.
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La fecha tradicional del Corpus Christi es el jueves siguiente al Domingo de la Trinidad, a su vez el domingo siguiente a Pentecostés. Se eligió el jueves porque fue el día en que se celebró la Última Cena. Sin embargo, muchas provincias eclesiásticas (por ejemplo, Estados Unidos) lo celebran el domingo siguiente, para que pueda asistir más gente. Cuando se celebra el jueves, es un día de obligación, es decir, los católicos deben participar en la misa.
Fiesta del Corpus Christi 2022
Aunque la mayoría de los católicos están familiarizados con la fiesta anual llamada reverentemente la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi), a veces necesitamos que se nos recuerde el propósito de la celebración.
La fiesta del Corpus Christi fue inspirada por Dios a través del corazón de una monja agustina de 16 años, Santa Juliana (1192-1258), en la diócesis de Lieja, Bélgica. A partir de 1208, Juliana experimentó frecuentes visiones que incluían una luna llena con una franja que la atravesaba. Jesús se le apareció a Juliana y le dijo que la luna simbolizaba la Iglesia y la raya representaba la falta de un día de fiesta especial para honrar la Eucaristía. Según el libro del Padre Michael Muller, “The Blessed Eucharist”, el Señor tenía cuatro razones para pedirle a Juliana que buscara añadir esa fiesta en el calendario de la Iglesia: 1. “Para que la doctrina católica recibiera la ayuda de la institución de esta fiesta en un momento en que la fe del mundo se enfriaba y las herejías proliferaban”. 2. “Para que los fieles que aman y buscan la verdad y la piedad puedan sacar de esta fuente de vida nuevas fuerzas y vigor para caminar continuamente por el camino de la virtud.” 3. “Para que la irreverencia y el comportamiento sacrílego hacia la Divina Majestad en este adorable Sacramento puedan, por medio de la adoración sincera y profunda, ser extirpados y reparados.” 4) “Le ordenó que anunciara al mundo cristiano su voluntad de que se observara esta fiesta.”